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Alemania reduce la presión fiscal a las empresas para alentar las inversiones

El Gobierno de Bonn aprobó ayer un proyecto de ley que reducirá el impuesto sobre sociedades. La iniciativa está destinada especialmente a hacer más atractivas las inversiones en la antigua Ale manía comunista. Según el ministro de Hacienda, Theo Waigel, "muchos otros países han reducido ya la presión fiscal sobre la empresas" por lo que Alemania no tenía más remedio que hacerlo si quería seguir siendo competitiva. La decisión del Gobierno, sin embargo, hará más difícil conseguir el llamado "pacto de solidalidad" en el que están involucrados la oposición socialdemócrata los sindicatos y la patronal.

El proyecto de ley, que debe ser aprobado por el Bundestag (Parlamento), donde el Gobierno del canciller Helmut Kohl cuenta con una sólida mayoría, contempla la reducción en el impuesto sobre los beneficios reinvertidos, que ahora es de un 50% y que pasará a ser de un 44%, e igualmente de los beneficios distribuidos, gravados -ahora en un 36% y que bajarán a 30%.El paquete incluye asimismo una extensión hasta 1996 de las exenciones físcales destinadas a promocionar la inversión en la ex RDA. Otias medidas, como cambios en los gravámenes sucesorios, buscan apoyar a las empresas medias, las llamadas mittelstand, que constituyen el principal motor de la economía alemana. Para Waigel, "asegurar el atractivo de la totalidad de Alemania como centro de negocios, tanto para los inversores domésticos como para los extranjeros, es un importante acompañamiento de la reestructuración económica de Alemania oriental".Hace ya anos que el Gobierno conservador de Bonn deseaba reducir el impuesto sobre sociedades, argumentando que la competitividad de los empresarios alemanes se resentía a causa del mismo. La oposición socialdemócrata, sin embargo, se ha opuesto siempre por considerar que, especialmente ahora en medio de una recesión y con la factura de la unificación aumentando cada día, supone que son los trabajadores quienes están pagando por la unificación.

El "pacto de solidaridad" para financiar la reconstrucción económica de la ex RDA se resentirá, sin duda, de la decisión tomada ayer por el Gabinete. En los últimos meses los sindicatos habían dado muestras de aceptar una congelación salarial. La factura, además, va a aumentar considerablemente desde que Kohl anunciara que las grandes empresas industriales que no han podido ser privatizadas seguirán siendo financiadas por Bonn.

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