Filigranas del fiscal contra los neonazis
El poder judicial alemán se devana los sesos para prohibir la música favorita de los 'skinheads'
La televisión alemana mostró el pasado domingo un escena poco habitual: un probo funcionario de la fiscalía federal recibía a su secretaria en un pulcro. despacho. La mujer depositaba con cuidado un montón de discos sobre la mesa. La misión del funcionario iba a consistir en acomodar sus oídos a los bruscos acordes de la música oi, la preferida por los jóvenes neonazis alemanes, para después decidir si los contenidos de las canciones pueden ser prohibidos.En su recién estrenada campaña contra la violencia neonazi, el Gobierno de Bonn y la fiscalía federal se han fijado en el fenómeno cultural, denominado oi. Los jóvenes oi han tomado este diptongo como bandera, transformando todas las palabras que en este idioma se escriben con las letras eu -y se pronuncian oi- en palabras oi. Así, por ejemplo, en vez de deutsch (alemán), escriben doitsch. La oi musik es, básica mente, rock del más duro, con le tras racistas, xenófobas o, simplemente, sanguinarias. A pesar de la evidencia, prohibirlos no es tan fácil. En Alemania existe un índice que recoge libros, vídeos o discos que corrompen a la juventud. Pero para que alguna obra pase a engrosar esta lista negra, un organismo independiente tiene que probar que, efectivamente, causa algún tipo de daño moral a los jóvenes.
El funcionario que aparecía en televisión tendrá que escuchar las obras estelares de los dos grupos más famosos, Störkraft (Fuerza Perturbadora) y Radikahl (kahl significa calvo), pero hay decenas más, con nombres como Böhse OnkeIz (Tíos Malos), Endsieg (Victoria Final) o Kraft durch Froide (Fuerza por Placer)."En cualquier lado, da igual dónde mires, / ves cómo fluyen a tu país / pueblos ajenos que anidan / y, encima, afirman que son alemanes. / En pocos años / ya no tendremos derechos / y tampoco existirán nuestras emociones. / Pero nacimos en Alemania / y lucharemos por la patria alemana". Así reza una de las letras de Manfir man, el último elepé publicado por Störkraft, grupo que procede de Colonia. Ya han vendido 30.000 ejemplares. De todas las bandas de este movimiento, quizás sea ésta la única que se atiene a los criterios básicos del heavy metal, con instrumentistas medianamente profesionales y un cantante, Jörg, de voz ronca y profunda. Jörg asegura que hace "simplemente música patriótica para alemanes".
Las demás bandas, en general, entrarían dentro del punki más primitivo: una barrera de sonido sucio y unas letras violentas y racistas gritadas desaforadamente. Endsieg, por ejemplo, canta: "Si ves a un turco en el tranvía y te mira provocativamente, simplemente te levantas y le pegas una. / Luego sacas tu navaja y lo acuchillas 17 veces", o "Si tienes un roble en tu jardín, / quiero ver un turco colgando de él".
Hasta la fecha hay siete discos prohibidos, pero la distribución de estas obras es más o menos clandestina. No se encuentran en las tiendas y hay que pedirlos contra reembolso, y en algunos casos es preciso mencionar una palabra clave. Las referencias para adquirirlos aparecen en los numerosos Janzines y publicaciones neonazis, que también informan sobre los conciertos de estas bandas y laventa de parafernalia nazi. Todo un negocio.
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