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Los vecinos del Plan 18.000 recelan del cambio de parcelas impuesto por el Ayuntamiento

Francisco Peregil

"Si lo queréis, bien; y si no, también". Ésa fue la postura inicial, según varios representantes cooperativistas, de la oferta que les hizo el Ayuntamiento. La propuesta consistía en cambiar 31 parcelas (con terreno para 2.000 viviendas) del Plan 18.000, de imposible adjudicación, por otras de San Blas y Aravaca. Muy pocos quieren irse a San Blas; entre otras razones, porque el suelo, alegan, podría no estar disponible hasta 1994. El Ayuntamiento aprobará en el pleno de hoy el cambio en los terrenos, aunque estaría dispuesto a aceptar una serie de garantías impuestas por los vecinos.

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La mayoría de los adjudicatarios del Plan 18.000 -sindicatos, cooperativas vecinales y particulares- ha formado una agrupación para negociar unidos ante el Ayuntamiento, bajo el nombre de Unión de Cooperativas de Viviendas Madrileñas (Ucovy). Pues bien, en Ucovy no hay unidad. La cooperativa PSV, de UGT, preside la asociación, y acepta la pro posición del alcalde. No les importa que sus socios vivan en San Blas mientras tengan casas. Sin embargo, las cooperativas vecinales no pasan por ahí. "No es que seamos señoritos; es que no queremos unos terrenos que no estarán disponibles ni para mayo de 1993; eso es lo que nos pasa", indicó Antonio Malavé, de la Federación Re gional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). El pasado miércoles, varios representantes de la Unión de Cooperativas mantuvo una reunión con el gerente de Urbanismo, Pedro Areitio. Plantea ron aceptar la permuta de los terrenos que hoy se aprueba en el pleno municipal si el consistorio accedía a contemplar una serie de propuestas. Por un lado, los solares que se van a cambiar -por imposibilidad de disponer de los iniciales- deberán entenderse como un mero instrumento para obtener parcelas en otros lugares, piden los vecinos, que además exigen el compromiso de que Gerencia Urbanismo mantenga las características de la adjudicación.

Por otro lado, los cooperativistas enumeraban una serie de garantías de futuro. Entre ellas, la aceptación de los terrenos que presenten como alternativa a los que figuran en el expediente de permuta y la presentación de fechas de disponibilidad en dichos solares y del resto de las parcelas del plan de vivienda.

Areitio aceptó ayer, en otra reunión mantenida con Carlos Sotos, gerente de PSV, todas estas condiciones, según afirmó Sotos anoche.

Miembros de la Federación de Vecinos se mostraron hartos de luchar "contra las injusticias del plan 18.000" para que des pués en los medios de comunicación el gerente de PSV, Carlos Sotos, "salga diciendo que el plan va estupendamente". La misma fuente indicó que los so cios de PSV llaman a la federa ción vecinal "porque se encuentran desinformados".

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Carlos Sotos dijo ayer que desde hace dos años sólo PSV denunció la pésima gestión del suelo por el Ayuntamiento. "No le damos un aval al Ayuntamiento, pero preferimos negociar, por el bien de nuestros cooperativistas", indicó Sotos.

El 'culpable'

La Unión de Cooperativas con vocó el domingo una asamblea para informar a los socios. Acudieron 1.000 personas. La mayoría han pagado una media de dos millones de pesetas, a razón de 100.000 pesetas mensuales. Protestan ante los gerentes de las cooperativas -"¿qué pasa con nuestro dinero?", "¿por qué quieren llevarme a vivir a San Blas si me he criado en Carabanchel toda la vida?". Entre el 5% y el 10% de los cooperativistas exigen que se les devuelva el dinero porque no les compensa esperar tanto tiempo.

El desgaste que provoca no disponer del suelo mella día a día la imagen de las asociaciones de vecinos y los sindicatos. Si los vecinos no aceptaran las permutas que les ofrece el Ayuntamiento, el suelo no estaría disponible hasta 1994. Eso significa, según la federación de vecinos, que unas 5.000 familias habrán de esperar cinco años para tener las llaves.

El gran problema al que se enfrenta el Ayuntamiento es que la mayor parte del suelo del plan pertenece a particulares. Los propietarios han de ponerse de acuerdo sobre el terreno que le ceden al Ayuntamiento.

Para ello han de presentar un plan urbanístico que delimite las zonas. Los particulares, que se organizan en juntas de compensación, no acaban de ofrecer soluciones. Hay en Madrid, según el secretario de Ucovy, Julián Rebollo, unas diez juntas de compensación con suelo para 5.000 casas.

Frenar y especular

En la mayoría de las ocasiones los miembros de las juntas no se ponen de acuerdo. En otros casos, les interesa alargar, retrasar el proceso, especular, en definitiva, porque mientras frenan el plan se van poblando descampados anexos al terreno que pretenden urbanizar.

Otras veces ni siquiera los propietarios pueden hacer nada. Es el caso de San Blas, donde el poblado chabolista de Los Focos les impide diseñar un plan.

Además, no es lo mismo acceder a un piso por 14 millones cerca del barrio de Puerta de Hierro (en el mercado libre valen unos 35 millones), que comprarlo por el mismo precio en San Blas.

De cualquier forma, el Ayuntamiento de Madrid tiene potestad para personarse en las juntas de compensación y urgirles a agilizar los planes.

Los cooperativistas se quejan de otra actitud del Ayuntamiento: mientras no dispone de suelo para ejecutar a su tiempo el Plan 18.000, saca a concurso suelo para viviendas a precio tasado.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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