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El IPC reflejará más los gastos en ocio y menos la cesta de la compra

La inflación se medirá, a partir de enero, por un nuevo IPC que pretende reflejar los hábitos de consumo de los españoles de los 90, pues el que se realiza ahora toma como base las costumbres declaradas a principios de los 80. El resultado es que cae el peso de la alimentación, vivienda y menaje, mientras aumenta el destinado a vestido, medicina, transporte, cultura y otros. En esos otros se incluyen los gastos en restaurantes, hoteles o discotecas.

La caída del peso de la vivienda obedece a un cambio "metodológico". Hasta ahora, se incluía como un gasto en consumo el hipotético alquiler que tendría que pagar el propietario de una vivienda si necesitase arrendarla. Según el director de Estadísticas Económicas, Antonio Martínez, la armonización del IPC con la CE y la definición estricta de un gasto en consumo impide incluir este gasto hipotético. Es decir, sólo se computan los alquileres realmente pagados y el gasto para la compra de la vivienda no se considera un consumo sino una inversión. Martínez afirmó también que el dato del IPC de enero no estará disponible, por problemas técnicos, hasta marzo.

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