_
_
_
_
_

Bajar de las nubes

Los olímpicos españoles buscan nuevos objetivos después de la euforia de los Juegos

Carlos Arribas

Hace 3 meses y 15 días terminaron los mejores Juegos Olímpicos del deporte español. En las dos semanas de competición en Barcelona más de 40 deportistas españoles subieron a una nube en forma de medalla. Desde el podio pensaban que la vida era bella. Cien días después algunos siguen en el cielo, pero la mayoría ha aterrizado. Ayer, ellos y 200 más se juntaron en Barcelona, donde recibieron en presencia del Rey la Cartilla de Campeones, recompensa económica de la Caixa.

"Te contaré una anécdota. Cuando fui a acreditarme antes de los Juegos, apenas me ha cían caso. Nadie me conocía. Cuando volví a la Villa Olímpica después de ganar la medalla, apenas podía entrar. Todo era gente pidiendo autógrafos". Daniel Plaza es de los que creen que en su vida hay un antes y un después. El gozne, la medalla de oro olímpica. Plaza la consiguió en los 20 kilómetros marcha. "El aterrizaje ha sido bueno, el único problema es buscar nuevas motivaciones para seguir en la brecha", ase gura, sin sombra de duda. Plaza las ha encontrado y sigue en trenándose. "Sé que he llegado al máximo. Nada puede supe rar un oro olímpico, pero hay más competiciones".Más dura fue la vuelta a la realidad de los que se consideran fracasados. Como Juan Manuel Sánchez y Juan José Román, por ejemplo. Ambos eran favoritos para el oro en piragüismo. Quedaron cuartos. "Fue muy duro. Pasamos unos días sin saber qué hacer, pero somos deportistas y hay que seguir adelante", dice Sánchez. Antes de los Juegos había anunciado que posiblemente se retiraría, pero sigue adelante. Ahora, preparando los mundiales de 1993. Su queja, la de siempre, la federación: "Queremos que siga el técnico [el húngaro Gyula Fuzzesery], pero no sabemos. Están de elecciones". Su lamento, el uso que se dé al canal olímpico de Castelldefels: "Es uno de los mejores del mundo: 3.000 millones de pesetas que se pueden desaprovechar si no se le da uso".

Depresión posparto

Miriam Blasco fue la heroína. Sus lágrimas en el podio, con la medalla de oro en yudo al cuello, despertaron la compasión de media España. Nada más terminar los Juegos anunció su retirada, que ha revocado hace pocos días. Su aterrizaje de la nube fue duro. "Sufrí un vacío. La depresión posparto", dice, sonriente. "Cuando gané el oro mi reacción fue una mezcla de alegría y amargura, porque pensé en lo injusta que era la vida. Sergio, mi entrenador, muerto, y yo, ahí, triunfadora". Blasco pasó unos meses desorientada, pero se aferró a su triunfo y decidió seguir adelante. "Hasta que volví a sentirme fuerte. Y aquí estamos".Algunos aún no han bajado de la nube. Los arqueros, por ejemplo. Alfonso Menéndez, Juan Carlos Holgado y Antonio Vázquez. Contra toda lógica lograron el oro por equipos. "Claro que hay un antes y un después. Ahora, todo son homenajes y fiestas. Ya no nos consideran indios. Vamos a la federación, ponemos la medalla sobre la mesa y nos hacen caso. Pero seguimos combativos", resume Holgado. El sueño del podio no se ha roto.

Otros, los menos, no subieron a una nube. O eso dicen. Su representante, Javier García Chico, que consiguió el bronce en salto con pértiga. "Soy el mismo. La medalla no me ha cambiado y creo que a casi nadie. Claro que es una motivación para seguir adelante, pero en mi caso no hay un antes y un después".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_