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El 'talón de Aquiles' de la Mafia italiana

Una sofisticada estructura policial facilita la vida de 200 arrepentidos que colaboran con la justicia

Se están convirtiendo en legión, según los datos facilitados por las autoridades, que, por boca del jefe de policía, Vincenzo Parisi, han fijado en 200 el número de mafiosos arrepentidos que colaboran actualmente con la justicia en Italia. La publicidad dada al asunto pretende incidir oportunamente en la polémica que esta figura jurídica suscita todavía, por las posibilidades de manipulación y venganza que ofrece a la delincuencia.Giulio Andreotti, el ex presidente del Gobierno, siempre dolido por las acusaciones de connivencias mafiosas que llueven sobre el cadáver del que fue su hombre de confianza en Palermo, Salvo Lima, dice que "alguien maneja a los arrepentidos" con fines políticos.

Jueces en activo y jubilados, ex jueces convertidos en diputados, políticos anti-Mafia y policías le responden que los arrepentidos son el pan y la sal de la lucha contra la delincuencia organizada, el talón de Aquiles de la Mafia y la ayuda judicial imprescindible para investigar relaciones personales y conexiones delictivas que no dejan huella.

Luciano Violante y Giuseppe Ayala, dos célebres ex magistrados, señalaban el pasado jueves que cada corleonés que elige la justicia como único refugio frente al orden interno dictatorial de la Mafia deja un gran agujero en la credibilidad de su jefe, Salvatore Toto Riina.

El ministro del Interior, Nicola Mancino, democristiano, le ha tendido un cable a Andreotti, al afirmar que las últimas declaraciones del arrepentido Tomasso Buscetta sobre percances no aclarados "parecen manipuladas por una potencia amiga". Pero su jefe de policía, Parisi, ha saltado rápido para zanjar con los hechos este campo minado de controversias. Los arrepentidos son tan importantes, ha dicho, como para merecer que el Estado invierta "varios miles de millones" de liras en su supervivencia.

"Un equipo de entre 80 y 100 policías, carabineros y técnicos financieros tutela la vida de estos colaboradores de la justicia y a sus familias. Se les garantiza el contacto seguro con los jueces y se les buscan lugares, con frecuencia en el extranjero, donde puedan rehacer sus vidas", explica Parisi. "Nuestros hombres les encuentran alojamiento y hasta nuevas relaciones, bajo un nuevo nombre e incluso una nueva cara, producto de la cirugía estética".

Muchos de los delincuentes sicilianos que hoy piden hablar con el juez proceden de Corleone y de las familias que ejercen el control actual sobre Cosa Nostra. Hasta un concuñado del gran capo Toto Riina colabora con la policía. "Como ocurrió en los años del terrorismo, los colaboradores eran pocos al principio, pero luego comenzaron a crecer en número y calidad. Tengo muchas dudas de que la Mafia esté agonizando. Pero estoy seguro de que estamos en la vía correcta".

Pese a todas las precauciones, el arrepentido queda condenado para siempre a llevar una vida blindada, como son las de Antonio Calderone y el ya citado Buscetta, ambos en Estados Unidos. Ya dijo el juez Falcone que en la Mafia se entra para, de algún modo, no poder salir nunca.

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