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El astronauta español, firme candidato a una misión espacial con Rusia en 1996

Pedro Duque, un ingeniero aeronáutico de 29 años, tiene serias, posibilidades de convertirse en 1996 en el primer español que sale al espacio. La Agencia Europea del Espacio (ESA), a la que pertenece, está negociando con los responsables de la agencia espacial rusa que uno de sus astronautas realice una misión de cuatro meses a bordó de la estación orbital Mir como ingeniero de vuelo, tarea para la que, en principio, Duque tiene la mejor preparación de los tres astronautas europeos que acaban de finalizar el entrenamiento de un mes en Rusia.

Pedro Duque ha terminado un mes de entrenamiento en el centro de instrucción de astronautas situado en la Ciudad de las Estrellas, en las afueras de Moscú. Y, aunque aún no se atreve a hacerse ilusiones, asiente con la cabeza cuando se le comenta que él es el más cualificado en estos momentos para subir a la Mir como ingeniero de vuelo. "La decisión sobre quién debe cumplir esa misión la deben tomar los directivos de la agencia", agrega cautamente.Junto al astronauta español, han participado en el cursillo de preparación la belga Marianne Cheli-Merchez, especializada en medicina espacial, y el sueco Christer Fuglesang, un físico-matemático doctorado en física de partículas. Los tres acabaron ayer un apretado programa de cuatro semanas, con 156 horas de estudios y entrenamiento para salir al espacio. "Han respondido a la perfección y los instructores rusos se han mostrado encantados", comentó Antonio Torres, subdirector del departamento de formación de personal de la ESA y que ha actuado como hombre de apoyo al grupo durante su estancia en Moscú.

Enorme diferencia

(Torres declaró a Efe que la formación de Duque -las cuatro semanas que acaba de terminar, más los tres meses que realizará más adelante, le cuestan a la ESA unos 25 millones de pesetas. "La diferencia con los programas similares que ofrece la NASA es enorme", añadió).Para dejar constancia del buen aprovechamiento del cursillo, los tres astronautas europeos recibieron ayer ante la prensa un diploma acreditativo, cuidadosamente introducido en una carpeta azul estrellada adornada con una bandera roja y la efigie de Lenin. El líder de la Revolución de Octubre aún es recordado en la Ciudad. de las Estrellas -que alberga a unas 4.500 personas- en un mosaico de notable tamaño que aparece a la entrada ante el visitante.

La ESA está decidida a adelantar el envío de astronautas propios al espacio para aprovechar las dos posibilidades que ofrecen los rusos de acudir a la Mir en vuelos programados para 1994 y 1996, aseguró Klaus Damian, responsable de entrenamiento de pilotos del Centro Europeo de Astronautas, con sede en Colonia (Alemania). Hacerlo en fechas posteriores se presenta ahora más difícil, porque las posibilidades de utilización de la Mir caducan precisamente en 1996 y no está nada claro que para esa fecha Rusia haya podido poner en el espacio la segunda estación de la serie, la Mir 2.

El primero de esos vuelos está previsto centrarlo en tareas científicas, por lo que no parece probable que Duque sea el elegido. En el segundo, que se prolongaría hasta cuatro meses, la ESA pretende que su astronauta desarrolle tareas de ingeniero de vuelo, por lo que son grandes las posibilidades del aspirante español, un especialista en cálculo de órbitas. Ambos vuelos están ahora en negociación y, de concretarse, en 1996 viajaría por primera vez a la Mir un extranjero como parte de la tripulación.

Aprender ruso

Para prepararse, los tres astronautas europeos deberán aprender ruso y regresar el año próximo a la Ciudad de las Estrellas para recibir entrenamiento intensivo durante 15 meses. "Con lo que saben ahora no pueden volar", afirmó Torres, "pero este mes ha servido para familiarizarse con las instalaciones, y a la agencia le ha permitido conocerlas y valorarlas a fondo"."Lo peor de los entrenamientos ha sido la silla", aseguró Duque, refiriéndose a un endiablado instrumento con pedales concebido para marear a su ocupante. "La primera vez te mareas muchísimo, pero luego lo vas controlando", agregó. "De hecho, sirve para que las personas conozcan sus propias limitaciones".

Los tres astronautas europeos han recibido entrenamiento en las réplicas de la Mir y de una cápsula Soyuz TM que hay en el centro de adiestramiento, además de ser sometidos a pruebas médico-biológicas y recibir clases teóricas. También han experimentado la ingravidez en vuelos en que el avión de entrenamiento efectúa vuelos parabólicos con caída prácticamente libre para lograr que, en su interior, desaparezca la gravedad.

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