Del paro a la jubilación
Pepe es un trabajador imaginario de 45 años, casado y con hijos, que pierde su empleo y se va al paro. Como ha cotizado a la Seguridad Social un mínimo de seis años y no ha cobrado nunca el paro tiene derecho a recibir el subsidio contributivo durante 24 meses y el asistencial a lo largo de otros 36 meses. Pasan estos 60 meses y Pepe cumple 50 años y sigue en el paro. En ese momento consigue que le hagan un contrato de seis meses que, al tener cargas familiares, le permite cobrar el subsidio durante 18 meses. Así cumple 52 años de edad.El real decreto ley del 31 de marzo de 1989 sobre medidas adicionales de caracter social redujo de 55 años a 52 años la edad para acceder a la prórroga indefinida del subsidio "para causar derecho a cualquier tipo de jubilación en el sistema de la Seguridad Social". Gracias a esta medida Pepe a los 60 años pasa de cobrar el paro a recibir la pensión de la jubilación de la Seguridad Social.
En enero de 1987 había 62.758 beneficiarios del subsidio de desempleo mayores de 55 años y en marzo de 1989 había 90.534. Con la entrada en vigor de la nueva ley, los desempleados de entre 52 y 54 años que había en la primavera de 1989 también se acogieron a esta modalidad. Con lo que en septiembre de 1989 había más de 100.000 beneficiarios mayores de 52 años. El pasado mes de septiembre eran 117.479.
José Frías y Francisco Cabo son dos de ellos. El primero entró en el desempleo tras trabajar en la fábrica Ram "pero con la edad que tenía -54 años- nadie me daba trabajo". El segundo, encargado de carpintería, salió de Motor Ibérica y entró en el seguro de desempleo "por un convenio con el Ministerio de Trabajo y la condición de que no podíamos optar a ningún empleo". A este colectivo le corresponde una pensión de 45.060 pesetas si no tienen cargas familiares o de 53.000 pesetas si las tienen. Un especialista de UGT explica que si en 1990 el 80% de los jubilados venían de un trabajo activo y el 30% provenían del paro, en 1992 la relación ya es de 70 a 30.
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