Las empresas alemanas asumen que hay recesión y anuncian numerosos despidos

"1993 será un año difícil para la economía alemana. Tras el auge de la unificación ya no se puede descartar una recesión", asegura el informe la Federación Alemana de Cámaras de Comercio (DIHT) basándose en un sondeo realizado sobre un total de 25.000 empresas. Por otra parte, Helmut Schlesinger, presidente del Bundesbank (banco central alemán), condicionó ayer cualquier bajada de los tipos de interés a la reducción del déficit público y a los acuerdos salariales de 1993. Para Schlesinger, la inflación -actualmente en un 3,8%- sigue siendo un gran problema.

Franz Schoser, director ejecutivo de la DIHT, manifestó ayer durante el acto de presentación del sondeo, que las empresas alemanas contemplan el futuro con los tintes más sombríos de los últimos diez años. "Están perdiendo la confianza en la gestión económica del Gobierno, preocupadas por la persistente inflación y por el efecto dañino que la fortaleza del marco está teniendo en su capacidad exportadora", dijo. En su opinión, no se espera ninguna mejoría de la demanda interior y tampoco las exportaciones tienen visos de aumentar durante 1993.El sondeo realizado por la DIHT abarca 20.000 empresas occidentales y 5.000 del Este y muestra, entre otras cosas, que una tercera parte de las empresas occidentales tienen previsto reducir su plantilla en los próximos meses y una cifra similar prevé reducir sus inversiones. Sólo un 22% de las compañías del Oeste consideran "buena" la situación económica -exactamente la mitad que hace un año-, mientras que un 25% la califican radicalmente de "mala". La única nota de optimismo la proporcionan las empresas de la ex RDA, que muestran más confianza y planean aumentar sus inversiones.

Lucha contra la inflación

La relativa sorpresa del sondeo consiste en la opinión generalizada entre los empresarios a favor de que el Bundesbank mantenga su política monetaria restrictiva y su Firmeza en la lucha contra la inflación, pese al problema que para los empresarios representan los altos tipos de interés. En este sentido, el presidente del banco central alemán hizo ayer en Leipzig todo lo posible para no decepcionarlos.

Schlesinger descartó de hecho un inminente descenso en los tipos de interés al condicionarlo a la reducción del déficit público y a la moderación salarial en los convenios laborales del año próximo. La inflación y el crecimiento del volumen monetario (M-3) tampoco permiten una flexibilización de su política, según Schlesinger.

Para el presidente del Bundesbank, los aumentos salariales de este año han sido excesivos. "No podemos permitirnos seguir cometiendo errores de este tipo", dijo. En cuanto a la reducción del déficit presupuestario alemán, se mostró un tanto pesimista, apuntando que la disminución de los ingresos fiscales del Estado, a causa de la recesión, lo hace difícil.

Schlesinger quitó importancia a las acusaciones de que el tipo llamado Lombardo, el que aplica el. banco central a los bancos comerciales para préstamos a corto plazo, se halla excesivamente alto. "El Lombardo prácticamente ya no se usa", dijo, "y el tipo de descuento es un tipo marginal que sólo sirve para la compra de letras. Lo que importan son los tipos del mercado, y éstos han bajado significativamente".