El nuevo brote de guerra civil en Angola provoca más de mil muertos en dos días
Violentos combates estallaron ayer de nuevo en Luanda, capital de Angola, entre las tropas gubernamentales del presidente José Eduardo dos Santos y las guerrillas rebeldes de la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA), de Jonás Savimbi, horas después de un precario alto el fuego que pretendía entrar en vigor a las doce de la noche del domingo. Más de mil personas han muerto en los enfrentamientos del sábado y el domingo pasados en la capital y en Huambo, Lubango, Benguela y Lobito, ciudades al sur del país, según la radio oficial angoleña.
El alto el fuego fue negociado directamente por el secretario general de la ONU, Butros Gali, con Dos Santos y Savimbi, y entró en vigor el domingo a las doce de la noche, pero ayer por la mañana se reanudó la lucha en la capital angoleña.Un trágico acontecimiento provocó el rebrote de los combates. El jefe de la delegación de la UNITA en la Comisión Conjunta Político-Militar (CCPM), creada en el ámbito de los acuerdos de paz de Lisboa, Elías Salupeto Pena, sobrino y heredero de Savimbi, murió cuando una columna de seis vehículos intentó forzar el bloqueo montado por unidades de élite de la policía angoleña alrededor del barrio de Miramar, donde se habían atrincherado los principales responsables de la UNITA en la capital.
A pesar de los enfrentamientos, Joe Sills, portavoz de la ONU, aseguró ayer que la organización se siente optimisma sobre el mantenimiento del alto el fuego y que los combates se circunscriben a "pequeñas áreas", informa Reuter.
Colonia española
El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, señaló ayer que su departamento ofreció a los 180 españoles residentes en el país africano la posibilidad de ser evacuados con la mayor urgencia posible, aunque reconoció que no estaba muy seguro de que todos ellos -la mayoría cooperantes religiosos- desearan ser evacuados.Según fuentes militares occidentales en Luanda, las fuerzas gubernamentales controlan la situación en la capital, pero serán necesarios varios días para neutralizar la acción de los grupos de civiles armados, los llamados comités populares del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), afectos a Dos Santos. Estos grupos intervinieron al lado de las fuerzas regulares y en algunos barrios desencadenaron una auténtica caza del hombre contra militantes y simpatizantes de la UNITA, cuyas sedes fueron saqueadas.
En la ciudad de Huambo, donde Savimbi instaló su cuartel general desde que abandonó Luanda, tres días después de perder las elecciones del 29 y 30 de septiembre, la situación está controlada por UNITA, que ocupó todos los edificios públicos, incluido el cuartel general de la policía gubernamental, mientras el "pueblo enfurecido e incontrolado" saqueaba las casas de dirigentes y simpatizantes del MPLA.
La situación de mayor tensión se registra en la región de Benguela-Lobito, la única donde las fuerzas gubernamentales parecen haber utilizado aviones para impedir que la UNITA se apodere del segundo puerto angoleño, con el fin de poder recibir ayuda por vía marítima de "países africanos amigos".
Por otra parte, el presidente portugués, Mario Soares, declaró ayer en Madrid a Radio Nacional: "El pueblo angoleño ha expresado en las elecciones, de una manera ordenada, pacífica y con mucho entusiasmo, su apego a la paz y a la solución que justamente salió de los resultados electorales".
"Es un hecho lastimoso", añadió Soares, "que después de tantos años de guerra, que prácticamente destruyeron Angola, que era un país muy rico, vuelva de nuevo a hablarse de la posibilidad de una guerra".
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