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Crítica:OTOÑO EN CONDE DUQUE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Nostalgia activa

A principios de los años setenta era el rock progresivo. A través de la rendija abierta por los Beatles de la última época, se colaron en el mundo del rock algunos músicos de formación clásica y/ o de disciplina en el estudio del instrumento. No les bastaba los ,ritmos elementales del rock ni las estructuras estrofa-estrofa-estribillo de las canciones pop. Ellos sabían tocar y tenían que demostrarlo. Y rompieron los ritmos ampliando su riqueza; y destrozaron las estructuras dándolas mayor complejidad; y demostraron que sabían tocar. Entre estos grupos, el trío Emerson, Lake & Palmer fue un ejemplo claro.Keith Emerson aportó al grupo sus influencias de la música clásica; Greg Lake su voz y sus baladas acústicas; Carl Palmer su precisión como batería. Con Emerson enlazaron con el rock sinfónico y el naciente heavy. Con Palmer con el foIk. La mezcla, ayudada por una naciente tecnología aplicada a la música, era explosiva y perfecta. Pocos años después (1977), el punk protagonizó la ruptura definitiva de esquemas y el rock progresivo pasó a mejor vida. También Emerson, Lake & Palmer.

Emerson, Lake & Palmer

Keith Emerson (teclados), Greg Lake (voz, bajo, guitarra), Carl Palmer (bateria, percusión). Carpa del Cuartel del Conde Duque. Madrid, 31 de octubre.

Y 22 años después de su creación, el trío reaparece para actuar por primera vez en Madrid, ante la cara de incógnita de los que llenaban la carpa del Cuartel del Conde Duque.

Las dudas comenzaron a despejarse cuando los sonidos de los teclados comenzaron a recordar a aquellos del Moog y del Hammond, tan característicos de la época, extraidos no de instrumentos originales sino de disketes de ordenador. Lo que antes se hacía con un órgano de catedral hoy se hace con un chip, y Emerson, Lake & Palmer utilizan las inmensas posibilidades actuales para continuar dando guerra progresiva: cuantos más complejas las canciones, más progresiva.

En Madrid, el trío demostró, además de su buena forma, que continúa apostando por lo complicado, por lo duro, por lo áspero. No faltaron los difíciles temas sinfónicos de Emerson -mil ritmos, mil cortes, mil cambios-, ni las baladas de Lake -From the begining, Lucky man-, ni los redobles de Palmer. Sin buscar novedades, pero sin esconder la cara.

Lejos de rentabilizar pasados mejores, y a pesar de no tener demasiado que decir, Emerson, Lake & Palmer mantiene sus recuerdos con dignidad y energía. Y mientras preparan su próximo disco, que tendrá estructura sinfónica, se alimentan de nostalgia activa.

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