_
_
_
_

Bonn gana a Berlín la batalla del nuevo Parlamento

Los diputados que ayer acudieron en Bonn a la inauguración del nuevo edificio que alberga la sala de plenos del Parlamento alemán han debido de olvidar su no muy lejana decisión a favor de Berlín. Hace poco más de un año, el Bundestag, en una ajustada votación, se decidió a favor de trasladar el Gobierno alemán a la nueva capital, Berlín.Pero ahora, junto al edificio inaugurado ayer, pueden verse, muy avanzadas, grandes construcciones destinadas a las oficinas de los parlamentarios y a diversas instituciones del Gobierno. De hecho, ni uno solo de los planes arquitectónicos decididos a finales de la década pasada, poco antes de la unificación y de la decisión parlamentaria de cambiar de capital, y destinados a dotar a Bonn de una infraestructura más sólida como sede del Gobierno, ha sido paralizado o cancelado.

Todo lo contrario ocurre en Berlín. Junto al viejo edificio del Reichstag, totalmente inadecuado para las funciones de un Parlamento moderno, se extienden los supuestos terrenos donde debería construirse el nuevo barrio gubernamental. La imagen contrasta con la de Bonn: ni un solo ladrillo ha sido levantado. Teóricamente, el traslado debe realizarse en 1998, pero empieza a parecer ya claro que esta empresa será un trabajo de la próxima generación.

Rita Süssmuth, la actual presidenta del Bundestag, recibió ayer las llaves de las ultramodernas instalaciones de Bonn, que han costado 256 millones de marcos (180.000 millones de pesetas). Posteriormente, el lugar fue abierto al público, que podrá visitarlo a lo largo de todo el Fin de semana. Frente al edificio se han instalado tenderetes de cerveza, salchichas y un estrado en el que toca una orquestina.

Los diputados alemanes respiraron ayer con alivio al poder abandonar el pequeño edificio de la Sociedad de Aguas del Rin, en el que se encontraban desde 1986, cuando se decidió demoler el Parlamento en el que se instalaron en 1949 y construir uno nuevo en el mismo lugar. El proyecto del arquitecto Günther Behnisch, el mismo que construyera el estadio olímpico de Múnich, empezó a construirse en 1987, pero en 1990 debió ser revisado para acomodar a los nuevos diputados que llegaban de la antigua Alemania comunista.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_