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Los primeros soldados españoles se instalan en Split

Al mal tiempo, buena cara. El dicho cuadraba ayer para definir la llegada del primer contingente de soldados españoles al desastre europeo que es la ex Yugoslavia, donde se incorporarán a la tarea de ayudar a millares de civiles atrapados entre la guerra, el hambre y el frío. Pletórica de entusiasmo y buen humor, la unidad de apoyo logístico de la Agrupación Málaga desembarcó en el puerto croata de Split y se puso manos a la obra. La misión en Bosnia representa "un desafío más que estamos dispuestos a enfrentar; somos la Legión", dijo un joven legionario malagueño.

El Castilla ancló poco después de las nueve de la mañana y, como no había niebla, los soldados pudieron ver mucho antes de amarrar que su desembarco no iba a ser precisamente decoroso. Las autoridades portuarias asignaron al buque un espacio al lado de un basurero.En una apresurada bienvenida, tractoristas croatas abrieron un estrecho corredor por entre las montañas de hierro oxidado y maderos atrapados en el fango. Desde cubierta, un soldado gritó a un fotógrafo: "¡Guárdate un carrete para ese estercolero, monstruo!". Dándose la vuelta hacia sus compañeros, otro exclamó: "¡Bienvenidos a Yugoslavia, tíos!".

A pesar del entorno y el hedor, el recibimiento del Castilla fue un impecable ejercicio de ceremonial militar. Una vez bajada la escalerilla de estribor y colocado el faldón blanco con el nombre y matrícula del buque, descendió la policía militar. Germán Cerrón, barcelonés de 19 años, fue el primero en pisar Croacia.

Bajo el mando del capitán de navío José Otero Menéndez, el Castilla trajo 184 miembros de la Agrupación Málaga, Y casi un centenar de blindados y vehículos. El general Luis Martínez Coll, el militar español de mayor rango en la zona, informó que la fuerza española de 714 hombres estará en condiciones de contribuir efectivamente a la misión de la ONU hacia el 15 de noviembre.

Ésa, al menos, es la previsión. Y, a juzgar por la rapidez de las maniobras de ayer, quizás antes; lo que daría a España un papel protagónico en la arriesgada tarea de llevar ayuda humanitaria a lo largo del rio Neretva, desde Mostar hasta las inmediaciones de la asediada capital bosnia, Sarajevo.

La primera misión de los mi litares desembarcados ayer consiste en preparar cinco barracones en la base militar de Divuje, 23 kilómetros al noroeste de Split, donde la fuerza española estará acuartelada y desde donde partirán las misiones de escolta. Las instalaciones fueron destrozadas por soldados del desaparecido ejército federal yugoslavo hace un año, y en algunos de ellos no hay ni letrinas que funcionen.

"Ningún problema", declaró un ingeniero militar que, obedeciendo las órdenes, no quiere dar su nombre. "Estamos preparados para todo, y cualquiera sea la magnitud de los obstáculos, los vamos a superar. Vamos a tener alojamiento adecuado para nuestros hombres. Todo está previsto para que cumplamos con nuestra misión". Los soldados durmieron ayer en el buque mientras se reparan los ventanales de los barracones.

Por otra parte, el portavoz del Partido Popular en la Comisión de Defensa del Congreso, Santiago López Valdivielso, cuestionó ayer en Madrid que España esté preparada para intervenir adecuadamente en la misión de la ONU en la ex Yugoslavia. Valdivielso, que presentó el programa de gobierno del PP en materia de Defensa, dijo desear "lo mejor para los legionarios en Bosnia", pero recordó que fue necesario entresacar militares de distintas unidades para formar el contingente enviado a los Balcanes.

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