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Grave revés para Landsbergis en las primeras elecciones de la nueva Lituania independiente

El partido de los ex comunistas fue ayer la fuerza más votada en las primeras elecciones de la nueva Lituania independiente, según un sondeo efectuado a la salida de los colegios difundido por la televisión lituana. Esta victoria, aunque sea confirmada hoy oficialmente, no significa que la coalición nacionalista Sajudis, encabezada por el líder de la independencia, Vitautas Landsbergis, vaya a perder el poder, porque sumando sus votos a los de sus aliados democristianos supera a los ex comunistas. Todo puede quedar pendiente de la segunda vuelta electoral, a celebrar el 8 de noviembre.

El nuevo sistema electoral lituano no es simple. Setenta de los 141 diputados del nuevo Parlamento fueron directamente elegidos ayer por un sistema proporcional similar al español, pero con lista única por partido para todo el país. Los 71 diputados restantes se eligen por el sistema mayoritario a dos vueltas, como en Francia.Para esta parte se celebró ayer la primera vuelta pero en aquellos distritos en que ningún candidato haya obtenido el 50% más uno de los votos -la mayoría- deberá celebrarse una nueva votación el día 8 entre los dos mejor situados.

El Partido Laborista Democrático de Lituania, procedente del Partido Comunista Lituano, que se escindió de los comunistas de la URSS en 1989, logró ayer el 32% de los votos, según el citado sondeo, gracias a la popularidad de su líder, Algirdas Brázauskas.

Los nacionalistas, segundos

Los nacionalistas del Sajudis obtuvieron la segunda plaza, con el 27%, pero junto con sus aliados del Partido Demócrata Cristiano superan el 41% y lo gran 34 o 35 escaños de los 70 que se reparten por el sistema proporcional, frente a los 26 o 27 de los ex comunistas.

Las otras dos fuerzas políticas que entran en el reparto de escaños, al superar los mínimos requeridos, son el Partido Socialdemócrata, con el 7% y seis puestos, y la Unión de Polacos de Lituania, con el 3% y dos o tres plazas, siempre según el sondeo difundido por la televisión.

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Estos resultados suponen una clara polarización del electorado y una evidente derrota de las fuerzas centristas, que al presentarse desunidas han perdido la oportunidad de obtener al menos una docena de puestos entre los 70.

El centro -socialdemócratas, liberales, centristas y nacional progresistas- tienen, sin embargo, ocasión de mejorar sus posiciones con los escaños que se eligen por el sistema mayoritario.

La polarización del electorado, en parte consecuencia del momento de aguda crisis económica por la que atraviesa Lituania, puede convertir estas elecciones en inútiles, al no resolver el empate político que había llevado a adelantar los comicios.

En todo caso, la aritmética parlamentaria no quedará definitivamente resuelta hasta el 8 de noviembre, en que las alianzas previas y ligeros movimientos del electorado pueden decantar en cualquier sentido los resultados de ayer.

La jornada electoral se desarrolló en medio de una gran tormenta de nieve que azotó a la mayor parte del país y que puso claramente ante la vista de los electores lo crudo que puede ser este invierno en un país en que la falta de energía hace que las calefacciones domésticas apenas estén tibias.

Pese a estas duras condiciones ambientales, dos terceras partes de los 2,5 millones de lituanos con derecho a voto acudieron a las urnas.

Al tiempo que elegían el nuevo Parlamento los ciudadanos de Lituania refrendaron ayer una nueva Constitución moderadamente presidencialista, bajo cuyos criterios deberá elegirse el próximo invierno al presidente de la nación, elección que dará una nueva oportunidad a Vitautas Landsbergis.

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