La guitarra de Prince puede ser suya

¿Pagaría usted 150.000 pesetas para poder acudir a su trabajo vestido con la chaqueta de diseño único de Mick Jagger, 250.000 para colocar en su salón-comedor los siete paneles que sirvieron de decoración para el concierto de los Rolling Stones en Hyde Park o 300.000 para poseer el auténtico disco de oro que ganaron los Beatles por Sargeant Pepper's? ¿Compraría usted por 600.000 pesetas la guitarra de Prince o por 325.000 la armónica de Bruce Springsteen?El próximo domingo, en el antiguo Mercado del Born barcelonés, todos estos objetos podrán ser comprados en la subasta más importante celebrada nunca en España alrededor del rock and roll. Cien lotes, debidamente autentificados, que incluirán también desde otros discos de oro de Beatles, Stones, Dire Straits, Procol Harum Queen o Springsteen hasta fragmentos de las sábanas de un hotel de Detroit en las que durmieron los Beatles durante su segunda gira norteamericana.

El acto, de una duración estimada de más de dos horas, será la clausura de lujo de la Feria del Disco de Coleccionista de Barcelona que se inaugura en la tarde de hoy, creada y dirigida por el infatigable Jordi Tardà.

Durante tres días, el antiguo mercado de abastos barcelonés acogerá no sólo a los más empedernidos buscadores, dispuestos a pagar lo que sea por aquella rareza discográfica largamente deseada, sino también a unbuen número de sencillos aficionados, de aspiraciones más modestas y deseos musicales más alcanzables. El pasado año fueron 43.000 asistentes los que convirtieron esta feria en la más visitada del planeta, y para esta ocasión las expectativas son incluso superiores. "La siguiente en volumen de asistencia es la de Filadelfia, con 11.000 visitantes", se congratula Jordi Tardà. "Este año esperamos reunir más de un millón de piezas entre discos, tanto de vinilo como cedés, vídeos, libros, revistas, camisetas y todo tipo de objetos relacionados con la música, y especialmente con el rock". Incluso la pinmanía tendrá su rincón, con la edición limitada a 1.000 ejemplares numerados de un pin conmemorativo. Doscientas cinco casetas repartidas entre 125 expositores, de los que una cuarentena procede del extranjero, presentarán todo tipo de oferta musical, desde clásica, sardanas o, jazz hasta el rock más avanzado o las piezas más cotizadas de los anos sesenta.

"Mi intención es convertir la feria en algo así como el Día del Disco, y reunir a todo tipo de público interesado en cualquier clase de música, no sólo a los coleccionistas", explica Tardà. "En la feria pueden comprarse desde discos de vinilo a 20 duros o lotes de cuatro vídeos musicales a 1.000 pesetas hasta piezas mucho más caras, sin contar las cifras a las que se puede llegar en la subasta", comenta Tardà, que confiesa haber rechazado varias piezas muy interesantes, pero cuyo precio de salida era ya astronómico. "Es mejor que esos objetos se subasten en Sotheby's".

Paralelamente a la compraventa discográfica, la feria presenta dos exposiciones fotográficas, proyección de películas musicales y la reproducción exacta del escenario, con los siete paneles auténticos, del mencionado concierto de los Stones en Hyde Park en 1969 tras la muerte de Brian Jones.

Los visitantes pueden llevar la cámara e inmortalizarse en un histórico entorno stoniano.