"Kohl traslada a la CE sus problemas con los 'länder', según González
I. C. El presidente Felipe González considera que el canciller alemán Helmut Kohl intenta trasladar a la Comunidad Europea (CE) parte de los problemas que plantean al Gobierno federal las revindicaciones de los länder, los Estados que integran la federación, temerosos de perder sus atribuciones, y por eso hace tanto hincapié en la subsidiariedad, hasta el punto de haber sometido un documento específico a esta cumbre.
Este principio establece que aquellas decisiones que puedan ser tomadas eficazmente a nivel local o nacional no sean adoptadas a nivel comunitario.
Felipe González y su amigo Helmut Kohl mantuvieron ayer por la mañana, justo antes del Consejo Europeo, una entrevista que duró más tiempo del previsto y les hizo saltarse el turno protocolario que les correspondía para entrar en la sala donde se celebra el Consejo Europeo.
Koffl puso un ejemplo durante la reunión que convenció aún más a González. Le contó que en toda Alemania la mermelada de albaricoque es conocida con el nombre de Aprikot Marmelade, excepto en Baviera, donde tiene otra denominación. "No me gustaría", le dijo a su interlocutor español, "que el frenesí reglamentista de la Comisión Europea proponga unificar el nombre de la confitura en toda Alemania y en Europa".
En una reciente carta remitida al primer ministro británico, John Major, González manifestaba sus dudas a propósito de la utilidad de elaborar un documento urgente en torno a la subsidiariedad, porque ese concepto ya está recogido en el Tratado de Maastricht. A Kohl sí le parece oportuno poner salvaguardias al furor reglamentista.
Iguales puntos de vista
Si se exceptúa esta discrepancia, González y Kohl comparten los mismos puntos de vista sobre la integración europea, que, según un portavoz español, comparan "con un tren que está en marcha y que no debe pararse bajo ningún pretexto".
Hasta finales de la primavera, ambos jefes de Gobierno estuvieron también en desacuerdo a propósito de la urgencia de la ampliación de la CE a países de la Asociación Europea de Libre Comercio, pero el Consejo Europeo de junio en Lisboa zanjó el conflicto. Estableció dos condiciones previas a la apertura de negociaciones: La ratificación del Tratado de Maastricht por todos los Estados miembros y un acuerdo sobre las perspectivas financieras de la CE, para el quinquenio 19931997, que permitirá la creación de un fondo de cohesión para ayudar a los países menos desarrollados a participar en la última fase de la unión monetaria.
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