El metro sufre en 3.500 millones la deuda municipal al consorcio de transportes
La delicada situación del Ayuntamiento de Madrid en el Consorcio Regional de Transportes empieza a provocar reacciones negativas en el metro, que sufre en 3.500 millones el impago de la deuda municipal de 1992.
El Ayuntamiento no ha aclarado si permanecerá en el consorcio después del 20 de noviembre ni ha dicho si hará frente a la deuda contraída de más de 6.000 millones de pesetas (correspondientes a 1990 y 1991). La aportación económica de 1992 se desconoce. El Ayuntamiento amplió su presupuesto inicial a 13.000 millones y hasta ahora sólo ha tramitado algo más de 5.000.El presidente del Metro, Ramón López-Mancisidor, aupado a este puesto por el Partido Popular, que gobierna el Ayuntamiento, soporta en carne propia la posición municipal. Ayer reconoció en el consejo de administración de esta empresa -propiedad al 75% del Ayuntamiento- que el consorcio le ha dejado de aportar este año, por la falta de financiación. municipal, 925 millones de pesetas. Por el mismo motivo han sido aplazadas las inversiones previstas de 2.600 millones para 1992.
El consejo de administración del consorcio estudia hoy las dificultades financieras. Su gerente, Fidel Angulo, ha intentado saber en sucesivas ocasiones, inútilmente, la posición de la Concejalía de Circulación desde antes del verano. El concejal de área, José Antonio García Alarilla, insistió ayer en que para hablar de esta deuda hay que hacerlo con el alcalde o el concejal de Hacienda.
Si la preocupación en el metro es notable, algo similar sucede en la Empresa Municipal de Transportes (EMT) que dirige los autobuses urbanos.
García Alarilla adelantó ayer que si la relación actual del consorcio con el Ayuntamiento no cambia para darle más representatividad al municipio, se tomaría la decisión de abandonar este organismo.
El concejal entiende que esta medida no sería especialmente grave para el Ayuntamiento, porque se ahorrarían los 2.000 millones de burocracia administrativa que se gastan en el consorcio y porque llegado ese momento "la gestión del Metro y la EMT podría concederse a empresas privadas o ser asumida directamente por el municipio".
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