Los cairotas buscan a sus muertos
El Gobierno egipcio dice que los muertos son 386 y la Cruz Roja eleva la cifra a 1.000
Pasado el choque, la vida se reanuda lentamente en El Cairo, donde las labores de rescate continúan un día después del peor terremoto de la historia moderna de Egipto, que ha causado más de 400 muertos y alrededor de 4.000 heridos, según cifras facilitadas por la prensa cairota. Los testigos aseguran que 120 personas se hallan atrapadas bajo los escombros de un edificio de 16 pisos que se desmoronó en el barrio residencial de Heliópolis.
Al despuntar el alba, los equipos de socorro han podido rescatar el cuerpo de un hombre de 70 años en la torre de Heliópolis, que ya no es más que un amasijo de hormigón y hierro. En este edificio, así como en decenas de vetustos apartamentos desventrados, numerosas personas han muerto o han resultado heridas al saltar al vacío. "Estaba tan convencida de que el edificio se iba a desplomar que salté por la ventana. Solamente me fracturé una pierna", explica una mujer, en el hospital.Según diversos testigos, numerosos víctimas murieron pisoteados en medio del pánico. En los barrios populares de El Cairo, una ciudad-superpoblada con 16 millones de habitantes donde las viviendas se hallan a menudo en un estado lamentable, los habitantes han preferido pasar la noche en la calle o en los jardines públicos. Junto a una vivienda destruida en el barrio de Sayda Zeynab se ha instalado una tienda de campaña.
Miedo a un nuevo seísmo
Los cairotas, sin salir de su asombro, buscan desesperadamente la última edición de los periódicos para conocer los riesgos de un nuevo temblor de tierra. Empresa difícil en una ciudad en la que en plena madrugada se han agotado todos los ejemplares. La televisión intenta calmar las inquietudes de la población. Los sismólogos egipcios no cesan de repetir que el peligro ha pasado. Los responsables de los edificios públicos proceden a examinar minuciosamente las construcciones para detectar posibles grietas.Los niños pueblan las calles, ya que las clases en escuelas y universidades han quedado suspendidas durante tres días para "comprobar que los edificios no han sufrido daños y no presentan riesgo alguno", según informa la radio egipcia. Las líneas telefónicas, que quedaron cortadas en buena parte de la ciudad, han sido restablecidas parcialmente. Según el diario Al Gumhuria, el centro sismológico de Heluán, a 30 kilómétros de El Cairo, se quedó sin electricidad cuando se produjo el seísmo, lo que provocó un retraso en la notificación del temblor. Ibrahim el Hamali, uno de los expertos del centro, considera que, a pesar de la intensidad del terremoto -5.3 puntos en la escala Richter-, los daños causados son menos importantes de lo que podía temerse, ya que el epicentro quedó localizado en el desierto al sur de El Cairo y no en el centro de la ciudad. Los primeros equipos de expertos extranjeros han empezado a llegar a la capital egipcia para colaborar en la búsqueda de supervivientes sepultados bajo 200 edificios.
Un equipo francés con sensores y perros adiestrados se encuentra en El Cairo; Kuwait ha enviado un avión con alimentos, medicinas, tiendas y mantas para las víctimas. Argelia, donde los terremotos son relativamente comunes, ha anunciado el envío de medicinas y especialistas y China e Irsael ofrecen también ayuda.
El primer ministro egipicio, Atef Sedki, ha tildado de "completamente falsa", la información difundida en Ginebra por la Federación Internacional de la Cruz Roja según la cual, 1.000 personas habían muerto o desaparecido y hay unos 10.000 heridos. El Gobierno egipcio ha asegurado que los muertos son 386.
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