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Lole y Manuel reaparecen con un disco sobre la obra de Manuel de Falla

La pareja rompe un silencio de ocho años

Fue una de las parejas precursoras de lo que hoy se ha dado en conocer como nuevo flamenco, y canciones como Romero verde contribuyeron a popularizar la actual música de raíz gitana en toda España durante la década de los setenta. Tras ocho años de silencio, la cantante Lole Montoya y el guitarrista Manuel Molina reaparecen con un disco atípico, Lole y Manuel cantan a Manuel de Falla, descrito por la cantante como "una lucha espiritual".

Lole y Manuel representaron una nueva forma de entender el flamenco, y al fundir pureza y renovación popularizaron una música que sonaba fresca y nueva. A caballo entre las décadas de los setenta y los ochenta, el dúo publicó discos como Nuevo día, Pasaje del agua, Romero verde, Al alba con alegría y Casta. Después, el silencio."Llega un momento en el que de forma natural se hace una pausa, aunque nunca dijimos que Lole y Manuel se había acabado", dice Manuel Molina, que lleva el peso de la conversación. El regreso al mundo discográfico del dúo se produce con la obra de Manuel de Falla y la Orquesta Sinfónica de Londres como acompañante. "La idea de interpretar a Tito Falla es de José Miguel Evora [productor del disco], y nos pareció excelente. Ha sido un traba . o complicado porque Lole nunca había cantado con orquesta sinfónica", dice Manuel Molina. "En esta ocasión mi labor ha sido de simple ayuda, porque no me. he sentido capacitado para tocar la guitarra".

La sevillana Dolores Montoya es hija de Juan Montoya y La Negra. Comenzó como bailaora en el tablao Las Brujas, de Madrid, y Los Gallos, de Sevilla. El ceutí Manuel Molina acompañó con su guitarra a Camarón, Antonio Mairena, La Niña de los Peines, Fosforito y Chocolate, entre otros, antes de formar parte de Smash, el primer grupo español de flamenco-rock.

Encuadrados dentro del movimiento del nuevo flamenco, Manuel Molina se muestra muy crítico respecto al momento actual de la música de raíz gitana. "Hay buenas intenciones, pero pocos aciertos. Se ha tratado de comercializar sin mirar el perjuicio que podía sufrir la música. En el 99% de los casos han manipulado el flamenco para ganar dinero, cambiando comercio por calidad. En nuestro caso, la, evolución musical a partir del flamenco es verdadera, con el corazón, sin mirar la peseta. Somos flamencos y seguiremos siendo flamencos".

Lole y Manuel viven en Sevilla y en Sevilla ha puesto Lole las voces a su disco, con la base de orquesta grabada en Londres. "Tuve que adaptarme para llevarlo a mi terreno", dice la cantante. "Había otras versiones de la obra de Falla interpretadas por Montserrat Caballé y Rocío Jurado, y hubo un momento de la grabación en el que me puse a llorar porque me estaba peleando con todo y quería respetar a Falla. Yo no me veía y dije: 'He hecho mis discos de flamenco, pero aquí no sé nada'. Así que me limité a ser dirigida, usada. Soy una mujer de fe, y era la mejor manera de humillarme, así que cuando comencé a cantar noté que una fuerza me guiaba. Fue una lucha espiritual".

"Estoy cerca de la musica árabe desde chica", continúa Lole, "pero cuando escuchaba El amor brujo me quedaba impresionada. ¡Quién me iba a decir que lo iba a cantar y a sufrir!". Manuel Molina apostilla: "Sólo sufre el que ama". Y Lole rubrica: "He sido dirigida. La gloria no es para mí.".

Lole y Manuel preparan ya su próximo trabajo. "Se llamará Alba Molina y estará dedicado a nuestra hija, que tiene 14 años", dice Manuel. "Olerá a Lole y Manuel por todos los lados, porque, sorprendentemente, parece que no ha pasado el tiempo. La gente nos mima y nos quiere".

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