Una política constructiva
Considera el articulista que, quizá, la principal barrera que separa las apiraciones nacionales en torno a Gibraltar sea más psicológica que económica o política. Una barrera que exige mucho tacto. por parte de España y de los dirigentes gibraltareños y para la que propone una serie de medidas concretas.
Los ministros de Asuntos Exteriores de España y Reino Unido, Javier Solana y Douglas Hurd, celebrarán en Madrid conversaciones sobre Gibraltar el próximo mes de noviembre. Estos encuentros bilaterales se realizan anualmente desde la firma del acuerdo de Bruselas en 1984. La finalidad es propiciar medidas de cooperación entre España y Gibraltar en todo lo que concierne comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas, temas laborales y de seguridad social, aspectos comerciales, turísticos y culturales. El acuerdo de Bruselas también concede a España el derecho a reclamar la soberanía del Peñón y, en el mismo acuerdo, el Reino Unido reitera su compromiso de respetar los deseos del pueblo gibraltareño que se opone a un cambio de soberanía.El acuerdo de Bruselas consiguió la apertura de la frontera entre España y Gibraltar que llevaba 16 años cerrada y aunque queda mucho por andar, los resultados de la nueva política han sido positivos para ambas partes. Para Gibraltar ha significado un auge comercial con cuatro millones de visitantes anuales, el desarrollo del centro financiero y el crecimiento del sector privado de la economía muy por encima del sector público y militar. Por su parte, España exporta 25 millones de libras a Gibraltar, hombres y mujeres españoles ocupan unos 2.500 puestos de trabajo, compañías españolas de construcción dominan el 90% del sector, los gibraltareños gastan 15 millones de libras en sus compras y ocio en España y los trabajadores españoles que perdieron sus puestos de trabajo debido al cierre de la frontera ordenado por el Gobierno español en 1969, hoy perciben pensiones por un total de siete millones de libras anuales. Con vistas al futuro también se han instalado en Gibraltar los bancos Central Hispanoamericano, BBV, Banesto, Atlántico, Santander y otros más. Quién diría que las cifras demuestran que la balanza comercial está a favor dé España, por más que el bullicio comercial sea más visible en el centro de Gibraltar gracias a su exiguo tamaño, mientras los beneficios que obtiene España del intercambio se distribuyen por toda la península.
Sin embargo, a pesar de todo lo que se ha conseguido desde 1985, las relaciones entre España y el Gobierno de Gibraltar dejan mucho que desear. Las razones están en el fondo histórico y muy particularmente en la política del antiguo régimen que, por su estilo ofensivo al gibraltareño y por el cierre de la frontera con todo lo que ello significó de sufrimiento moral y familiar, ha dejado una cicatriz abierta en el gibraltareño, que sospecha de las intenciones españolas y teme a España.
Dos opciones
Existen por tanto dos posibilidades: una línea dura de una y otra parte que nos llevaría a un enfrentamiento inútil o una política pragmática que elabore un programa de medidas y proyectos con los que se promuevan el desarrollo económico de Gibraltar y de toda la zona desde Tarifa a Estepona. Para que prospere esta política hace falta que España, aún reservándose el principio de su reivindicación, deje de tratar de imponer su soberanía en contra de los deseos gibraltareños. El sentimiento nacional español en el tema histórico de Gibraltar es normal, pero no justifica por parte de una gran nación democrática actitudes de prepotencia. Por su parte, el pueblo gibraltareño tiene derechos individuales y colectivos pero de nada sirve frenar - la cooperación con España con sueños independentistas a los cuales no sólo se opone España sino también el Reino Unido, que considera la independencia de la Roca contraria al Tratado de Utrecht.
Dada la realidad de esta situación, un programa de cooperación regional no sólo beneficiaría social y económicamente a pueblos que son vecinos, sino que crearía un clima de confianza facilitando en el futuro fórmulas constitucionales para Gibraltar en el contexto europeo.
Las medidas prácticas que podían ser aceptables para España, Reino Unido y Gibraltar son las siguientes:
1. El reconocimiento español de que Gibraltar queda dentro ' de las fronteras externas de la Comunidad Europea merced a los derechos adquiridos en 1985 cuando ingresó en la Comunidad.
2. La aceptación en principio por el Gobierno de Gibraltar del acuerdo sobre el aeropuerto de 1987, recibiendo clarificaciones aceptables del Reino Unido y España, y un programa de medidas prácticas para su utilización por compañías aéreas españolas e internacionales.
3. La eliminación por España de las limitaciones que mantiene al tráfico aéreo del aeropuerto de Gibraltar.
4. El restablecimiento de las comunicaciones marítimas normales entre Gibraltar y España incluyendo el ferry de Algeciras.
5. La toma de medidas para conseguir un tráfico fluido en la frontera con dos carriles de entrada y salida a Gibraltar.
6. La utilización de las zonas de paso verde y rojo en las aduanas de ambos lados.
7. La eliminación en la aduana de Gibraltar de los impuestos sobre los artículos importados para uso personal. Recíprocamente, debería hacerse una concesión realista de similares ventajes en la aduana española para los turistas que visiten Gibraltar y regresen a España.
S. La creación de una comisión fronteriza hispano-gibraltareña para tratar problemas de policía, tráfico, trabajo, turismo, aeropuerto y otros. El Gobierno de Gibraltar democráticamente elegido tiene el derecho de ser oído, sin que ello implique que cambia su status jurídico.
9. Los portadores comunitarios de tarjeta de identidad deberían ser autorizados a visitar Gibraltar sin pasaporte. Iguales derechos se les concederían a los gibraltareños.
. La próxima reunión de los ministros de Asuntos Exteriores, de España y Reino Unido ofrece una nueva oportunidad. Después de tantos años de frustración, los pueblos vecinos de Gibraltar y España tienen el derecho de prosperar y vivir en paz.
ha sido ministro de Economía y Turismo en Gibraltar.
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