El príncipe almuerza con el presidente de Chile y visita la casa de Neruda en Isla Negra
El príncipe Felipe de Borbón, el cuarto miembro de la familia real española que viaja a Chile desde el término de la dictadura militar, en 1990, llegó el sábado pasado a Santiago para una visita de cinco días al país, durante la cual se reunirá en tres ocasiones con el presidente Patricio Aylwin.
Ayer, el Príncipe comió, con Aylwin, en la residencia de descanso presidencial, ubicada en Viña del Mar, a 100 kilómetros de la capital, después de visitar en la mañana la casa de Pablo Neruda en Isla Negra, actualmente transformada en museo.El ministro de Relaciones Exteriores chileno, Enrique Silva Cimina, recibió en el aeropuerto de Santiago al príncipe de Asturias, quien llegó acompañado por una comitiva de 12 personas al atardecer del sábado (madrugada de ayer en España). El Príncipe posó para los fotógrafos relajado y esbozando una leve sonrisa.
Poco antes, el ministro Silva Cimma afirmó a los periodistas que las relaciones entre Chile y España son estrechas y armónicas. Según afirmó, las manifestaciones contrarias a la visita y al V Centenario anunciadas por algunas organizaciones mapuches "no tienen ningún eco en la sociedad chilena".
Organizaciones indígenas han anunciado manifestaciones contrarias a la visita y al V Centenario y en algunas ciudades, como Temuco, 700 kilómetros al sur de la capital, grupos mapuches han realizado marchas. El pasado sábado la policía informó que reforzó sus unidades y la vigilancia en las ciudades donde la población de origen indígena es numerosa.
Visita cultural
La visita del príncipe Felipe, en la que destacan los aspectos culturales, se prolongará hasta el jueves 8. En la mañana de ayer, recorrió la residencia del fallecido poeta chileno y premio Nobel de Literatura Pablo Neruda en Isla Negra, un balneario situado a 100 kilómetros de Santiago.El príncipe permaneció durante 45 minutos en la casa de Neruda, que fue restaurada y actualmente es un museo que se dintingue por la pulcritud con que se conservan los detalles con que el poeta dio vida a la residencia. En diciembre los restos de Neruda y su viuda, Matilde Urrutia, serán trasladados desde el cementerio general a esta residencia, donde frente al mar quedará su sepultura definitiva.
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