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La fundación de Gorbachov acusa a Yeltsin de prácticas del antiguo régimen

Mijaíl Gorbachov, el ex presidente de la desaparecida URSS, se ha convertido en el primer refusnik de Rusia, nombre que se daba a los disidentes y judíos soviéticos a los que, por motivos políticos, se les prohibía salir del país. Así lo afirma la Fundación de Estudios Políticos, que dirige Gorbachov, en una declaración hecha pública ayer, después de enterarse de que el Gobierno de Borís Yeltsin, no permite viajar al extranjero al ex líder soviético por haberse negado a declarar ante el Tribunal Constitucional en el juicio sobre la legalidad del PCUS."Se ha creado un precedente peligroso para el desarrollo democrático. Las autoridades han utilizado una discusión procesual sobre la participación de Gorbachov en el juicio como pretexto para limitar las libertades de un ciudadano de Rusia", dice el texto de la fundación, que agrega que semejantes acciones "contradicen las normas constitucionales de la Federación Rusa y las obligaciones internacionales asumidas por Rusia en el campo de los derechos humanos".

El propio Gorbachov, quien se enteró por la televisión de que el martes próximo no podría viajar a Corea del Sur y luego a Italia, hizo ayer un llamamiento a los órganos de información rusos para que averigüen en base a qué normativas y quién concretamente ha tomado la decisión de prohibirle salir del país.

"Ya que en Rusia la ley no garantiza el derecho del ciudadano a recibir información sobre lo que afecta a sus derechos, deberes e intereses legítimos, me dirijo a los medios de difusión que poseen este derecho legal para que-ayuden a hacer públicos estos documentos", dice Gorbachov en el llamamiento.

La medida administrativa de las autoridades rusas contra Gorbachov -y especialmente la participación en ella del Ministerio de Seguridad- recuerda la actuación contra la disidencia en la época de la dictadura comunista. Además, parece que se está convirtiendo en tradición que cada crítica de Gorbachov al Gobierno y al presidente ruso, Borís Yeltsin, sea castigada. A principios de esta semana se le retiró el pasaporte después de que lanzara críticas durísimas contra Yeltsin y su Gabinete en una conferencia de prensa.

Entretanto, en dos focos conflictivos de la antigua URSS, Georgia y Tayikistán, continúa el derramamiento de sangre. Los georgianos bombardearon ayer con aviones la ciudad de Gagra, tomada el viernes por los abjazos, y anunciaron que se apoderarán de todo el equipo militar ruso que se encuentra en su territorio con el fin de aplastar a los rebeldes.

Rusia, por su parte, advirtió que podría "tomar las medidas apropiadas" -es decir, intervenir- para proteger a los rusos que se encuentran en la zona. En Tayikistán, en la provincia sureña de Kurgán-Tiubé, un nuevo y feroz estallido de los enfrentamientos entre comunistas e islámicos ha hecho huir a cientos de civiles.

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