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En México ya sabían rezar

El pueblo recibe sin aspavientos la histórica normalización de relaciones diplomáticas con el Vaticano

, El domingo pasado fue un día de culto normal en las iglesias mexicanas -rebosantes de fieles, como es habitual-, aunque histórico. Por primera vez desde 1859, los católicos, el 95% de la población, acudían a misa con la garantía de que México y el Vaticano, que restablecieron relaciones diplomáticas el lunes 21 de septiembre, se reconocían legalmente. Atrás quedaban años de ruptura, tensiones y reproches mutuos, pero también de hipocresía oficial en un país como México, donde todo el mundo sabe rezar.

Los miles de fieles que visitaban el domingo la basílica de Guadalupe ni se inmutaron. Allí estaba, como siempre y como deseaban, su madrecita, con el indio Juan Diego arrodillado' a sus pies y con la bandera mexicana a un costado. Lo mismo ocurría en la catedral con el Señor del Veneno, tan rodeado de devotos como el día en que Benito Juárez, a través de las leyes de reforma, nacionalizó los bienes de la Iglesia, integró los templos bajo control del Estado y rompió con el Pontífice. " ¿El color de la bandera del Vaticano? ¡Blanca y amarilla, hombre!", exclamó Aurelio Colmenares, habitual peregrino dominical de Guadalupe. "Está en todas las iglesias. De una forma u otra, pero está. Lo de las relaciones es un arreglo de los que es tán arriba. ¿Quién no sabe rezar en México?", agregó."Hay una historia que refleja lo que han sido las relaciones en tre el pueblo mexicano y la Iglesia", prosigue el devoto Colmenares. "Existe en esta ciudad un convento llamado de Santa Mónica, fundado en 1600 y que hoy está convertido en museo. En 1934, la policía descubrió que, pese a haber sido clausurado 77 años antes, en su interior residía desde entonces secretamente una comunidad de unas 25 monjas". Y añade: "¿Pudo haber ocurrido esto sin la complicidad del pueblo?"

El presidente Carlos Salinas de Gortari cerraba el 21 de septiembre un proceso que inició casi cuatro años antes, justamente el día de su toma de posesión, cuando rompió el tabú de la Iglesia invitando al acto a la Conferencia Episcopal mexicana y al abad de Guadalupe. Luego promovió una reforma constitucional, que fue aprobada mayoritariamente en la Cámara de Diputados (460 votos a favor y 22 en contra), que permitió a la Iglesia poseer y administrar bienes, y a los religiosos, poder ejercer su derecho al voto.

Ley de cultos

Las reformas continuaron y el 9 de julio nuevamente la Cámara de Diputados daba luz verde a una ley de cultos que garantiza la libertad de credos, reconoce las agrupaciones religiosas y somete a los clérigos al régimen fiscal .Sólo quedaba, pues, normalizar oficialmente las relaciones con el Vaticano, lo que se consumé, a modo de trámite, pero con resonancia histórica.Los problemas, pese a este cándido proceso, no están ausentes de estos primeros días de normalización. La revista Proceso revela en su último número que existe una pelea por parte del actual delegado apostólico, el arzobispo Girolamo Prigione, aspirante a ocupar la nunciatura, por erigirse en decano del Cuerpo Diplomático. Lleva desde 1979 ejerciendo oficiosamente de embajador y, tras la normalización, se considera el más antiguo.

El Perdedor sería el embajador cubano, José Fernández de Cosío, que se ha encontrado, sin comerlo ni beberlo, con un problema caído del cielo sobre su cargo.

Tampoco esta normalización ha evitado los sobresaltos: el obispo de Oaxaca, Héctor González, ha dicho que aprovechará este marco jurídico para evangelizar los sindicatos, los partidos políticos, los medios de comunicación y otras instituciones del Estado, entre ellas el Senado y la Cámara de Diputados.

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