El fin de una edad de oro
La Corona británica se resigna a pagar impuestos para mejorar su imagen
La edad de oro de la familia real británica ya tiene fecha de caducidad: 31 de diciembre de 1997. A partir de ese día, la Corona empezará a pagar impuestos y se suprimirá el generoso salario que perciben siete parientes de la reina. La Firma de Buckingham, mantenida por el contribuyente, quedará reducida a la reina y su esposo, la reina madre y el duque de York. La monarquía espera ahora mejorar una imagen pública severamente dañada por los escándalos.
La modificación de la Lista Civil, o nómina de miembros de la familia real, pone Fin a un paraíso fiscal que ha durado medio siglo y supone una reforma de las convenciones constitucionales. El proyecto fue sugerido por la propia Isabel II al primer ministro, John Major, durante la estancia de éste en el palacio de Balmoral, según el diario The Guardian. Major, que viajó al castillo escocés con una propuesta similar en el maletín, se mostró completamente de acuerdo.
El anuncio formal de la reforma se efectuará en la Cámara de los Comunes en 1996, para que los detalles legales estén resueltos antes de las elecciones legislativas previstas para 1997. A partir de ese ejercicio, las cuentas del trono británico serán repasadas por el fisco. Teóricamente, todo quedará en casa. La Hacienda británica cobra impuestos en nombre de la reina, y sobre este hecho descansaba la vigente exención regia: Isabel II no podía pagarse tributos a sí misma. Por la misma razón no tiene pasaporte, ya que es ella, en teoría, quien personalmente los expide.
Las princesas Ana (hija de la reina), Margarita (hermana de la reina), Alicia (tía de la reina), el príncipe Eduardo, los duques de Gloucester y de Kent y la princesa Alejandra serán los personajes eliminados de la Lista Civil. El príncipe Eduardo, hijo menor de Isabel II y eterno aspirante a actor teatral, se quedará por ejemplo sin los casi 20 millones de pesetas (libres de impuestos) que viene percibiendo desde su mayoría de edad. Sus gastos, como los de su hermana Ana y el resto de los afectados por la reducción de plantilla, serán sufragados por la reina a título personal.
Pero mamá les pedirá austeridad: primero, porque se trata de dar ejemplo y recuperar la confianza de los súbditos; segundo, porque las donaciones a familiares no desgravan. Y la reina no es, dicen, tan rica como parecía: según la revista Business Age, Isabel Il es sólo la décima mujer más rica del Reino Unido, con un patrimonio personal no superior a los 18.000 millones de pesetas. El resto (palacios, fincas, obras de arte) pertenece al Estado.
El pan integral de Carlos
Al margen de la reforma quedan los príncipes de Gales, que no pertenecen a la Lista Civil y perciben sus ingresos a través de las rentas del ducado de Cornualles. El príncipe Carlos, que desde hace años paga voluntariamente al fisco el 25% de sus ingresos, pasará a pagar el 40% que estipula la ley y está preparándose para ello. Sus fincas empezaron a comercializar hace meses el pan de avena Highgrove, de venta en los supermercados Tesco, y para los próximos meses se anuncia la salida al mercado de galletas integrales con la misma marca. En la etiqueta del pan figura el escudo del ducado, y las ventas, según Tesco, van "muy bien". Pero el supermercado cree que sería aún mejor exhibir las plumas que simbolizan el principado de Gales, y así lo está considerando.
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