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Un 'yonqui' quema su casa con su esposa y su hija dentro

Ana Alfageme

En todo el bloque se oyó: "No, José, no; no lo hagas", como otras muchas tardes. Y después, el humo negro inundó el hueco de la escalera y cundió el pánico. Se quemaba el 1º B. José, que vive allí, estaba, por lo menos, borracho, como otros muchos días y prendió fuego al piso. Dentro quedaban su compañera y la hija de ésta, de cinco años. La nueva bronca se saldó con varios ataques de histeria, una joven atrapada y el propio José, herido en un brazo. "Pero", tiemblan los vecinos, "pudimos haber muerto todos".

Cuando Teresa Grande, que es asistenta, volvió de trabajar el lunes a las ocho de la tarde, se encontró a su hija Montse llorando a lágrima viva a la puerta del bloque, en Sequillo, 12, (Ciudad Lineal) y a varias vecinas histéricas. Una de ellas, Montse, de 25 años, se quedó atrapada por el incendio en el último piso, el quinto. Y a Mariana Jabonero, que tiene 64años, y a otra vecina les tuvieron que asistir de un ataque de nervios: "Vivo por dos respiraciones", dice Mariana.Una vez más, José Menéndez Vicente, un yonqui de unos 35 años, había llegado a casa con ganas de guerra y la había tomado con su compañera. La pareja había alquilado hace un mes una habitación al dueño del piso, Julio García Vélez, otro adicto a la heroína que regresó de la cárcel en julio. Prometió que se reformaría, "pero alquiló la casa al tal José y al final ni aparecía, le tenía miedo", contaba un vecino.

"Llamen a la policía"

José no les ha dejado dormir en el último mes, "venía borracho y zurraba a la mujer. Siempre se oía: 'No, José, no" lo hagas'", cuenta un vecino "y luego los golpes. Hasta la hija de su compañera, de cinco años, salía a la terraza y gritaba: "Avisen a la policía".

José prendió fuego el lunes a la casa y después -"en un ataque de solidaridad", dicen los vecinos con ironía- salió a las escaleras para abrir los tragaluces y rescatar a Montse. Se cortó en un brazo con un cristal y la sangre inundó la escalera hasta que otro vecino le paró la hemorragia. Pero José, al ver a la policía, salió corriendo y se fue a casa de su madre, que vive cerca. Los vecinos de Sequillo, 12, y esta mujer se encontraron después en comisaría. El hombre había destrozado la casa a su propia madre.

"Como vuelva, le matamos", amenazaba ayer Teresa, que se quejaba de la tardanza de los bomberos y del desamparo ante el eterno problema de la droga. Aunque los hermanos del dueño cambiaron la cerradura, José volvió ayer a rondar la casa.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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