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Las fuerzas de Nabíyev en Tayikistán capturan armas y soldados rusos

El conflicto armado que padece la pequeña república centroasiática de Tayikistán, fronteriza con Afganistán, experimentó ayer un sustancial agravamiento al efectuar los partidarios del recientemente derrocado presidente Rajimón Nabíyev varias acciones destinadas a apoderarse de material pesado del Ejército ruso. En una de ellas, los atacantes no sólo se hicieron con cuatro tanques y dos vehículos blindados, sino que secuestraron a cinco militares, dos de ellos oficiales.

La dimisión el pasado día 7 de Nabíyev, un comunista de la vieja guardia que recuperó el poder en Tayikistán aprovechando la confusión que creó en el país el golpe de Estado de agosto de 1991, no sólo no ha contribuido a calmar los ánimos, sino que ha situado a esta ex república soviética al borde de la guerra civil.Nabíyev perdió hace tres semanas la presidencia, pero desde su feudo de Leninabad, al norte del país, sigue maniobrando para recuperar el poder. En unas declaraciones que publicó Pravda el viernes pasado, Nabíyev recordaba que la rica región de Leninabad y la región de Kuliab, en el sur, "no han reconocido el golpe palaciego" del día 7, y aseguraba que "varias organizaciones y movimientos" quieren que se vuelva atrás de su dimisión forzada por la oposición en el aeropuerto de Dushanbé, la capital, cuando trataba de huir- y vuelva a la presidencia. Las nuevas autoridades del país, con el presidente del Parlamento, Akbar Iskandárov, a la cabeza, no han sido capaces de cumplir su propósito de desarmar a los grupos enfrentados -partidarios de Nabíyev, por un lado, y milicianos islámicos, por otro- por carecer de fuerza para hacerlo. Los dirigentes de Tayikistán trataron, sin éxito, de adquirir armas al Ejército ruso para imponer el orden.

Los enfrentamientos más graves se siguen produciendo en la región sureña de KurgánTiubé, asediada por los guardias de Nabíyev reclutados en la vecina región de Kuliab. Estos guardias han utilizado los últimos días amenazas inequívocamente terroristas, como la de volar una fábrica de fertilizantes repleta de sustancias venenosas si sus oponentes islámicos seguían combatiendo.

El último paso en su escalada ha sido atacar cuarteles del Ejército ruso para apoderarse de material pesado. Aunque en un primer momento las confusas noticias procedentes de Kurgán-Tiubé apuntaban que tanto partidarios de Nabíyev como islámicos habían secuestrado a militares rusos, el general Mujritdín Ashurov, jefe de la división rusa desplegada en la zona, precisó, a través de Itar-Tass, que los cinco militares habían sido secuestrados por gente de Nabíyev.

El jefe militar ruso aseguró también que un segundo regimiento situado en la región de Kurgán-Tiubé había sido rodeado por 350 guardias de Kuliab en otro intento de apoderarse de armas pesadas.

La inestabilidad del país ya ha llevado a las tropas rusas de fronteras a reforzar el control de los pasos montañosos que conectan con Afganistán, por donde ha estado entrando gran cantidad de armas. Pero este primer paso sabe a poco a muchos dirigentes de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), sobre todo a los de las otras repúblicas de Asia Central, que temen que el conflicto de Tayikistán, en el que se mezclan problemas ideológicos y étnicos, acabe incendiando toda la zona.

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