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Anguita derrota a Sartorius al lograr que IU se abstenga en la votación del Tratado de Maastricht

Julio Anguita consiguió ayer que el Consejo Federal de Izquierda Unida se decantara por la abstención en la ratificación parlamentaria del Tratado de Maastricht.Una abstención que equivale a un no, según Nicolás Sartorius, después de que el propio Anguita afirmara que no comparte en absoluto ni su contenido ni la forma del tratado de Unión Europea. Esta actitud suscitó un inmediato distanciamiento de Rafael Ribó, líder de Iniciativa per Catalunya, partidaria del sí, y las críticas, de Sartorius, defensor de la libertad de voto para respetar la disparidad de opiniones en este asunto.

La decisión de ayer supone una victoria de Anguita sobre Sartorius, en una batalla que presagia otras contiendas. El Grupo Parlamentario de IU apoyará unánimemente la enmienda a la totalidad del Tratado de Maastricht, con propuestas de reformas concretas, que defenderá el próximo jueves en el pleno del Congreso Julio Anguita. Y éste será también el que explique la posición del grupo IU-IC cuando el tratado sea finalmente sometido a ratificación.Pero, tras lo sucedido ayer, Rafael Ribó dejó abierta la puerta a que Iniciativa per Catalunya exponga su propia opinión -lo que rompería por primera vez la tradición de un portavoz único-, y con toda seguridad quedará rota la unidad de voto en el grupo parlamentario. Sartorius y Cristina Almeida reiteraron ayer que ellos votarán en todo caso sí.

Aunque Anguita afirmó al término del debate, en el que intervinieron casi 50 dirigentes a lo largo de cinco horas, que "Maastricht no merece un enfrentamiento", ese enfrentamiento está servido. Y se prevé largo. Porque no sólo afecta a una visión concreta de la unión europea sino al modo de funcionamiento interno de IU.

El portavoz de IU en el Congreso de los Diputados, Nicolás Sartorius, apeló ante los periodistas -renunció a hablar desde la tribuna- a la inercia que conserva el centralismo democrático, que a menudo determinó en los partidos comunistas que la divergencia condujera a la exclusión o al abandono. "En un asunto excepcional como éste, que no afecta a la labor de oposición y que es tan opinable", arguyó, "la libertad de voto debería ser aceptada como un valor consustancial a una fuerza plural. Máxime cuando los que se niegan a ello fueron los que se negaron a que IU fuera un partido político y funcionara como tal. Lo contrario equivale a imponer un monolitismo".

Brazos armados

La misma actitud fue mantenida, con coraje por la diputada Cristina Almeida desde la tribuna: "Algunos venimos de la cultura de la discrepancia, no del brazo armado, y podemos apelar a una rebeldía democrática".

Los partidarios de la abstención subrayaron que las decisiones tomadas democráticamente por los organos de Izquierda Unida vinculan a todos sus miembros. Y presentaron la abstención como un punto intermedio entre "el sí bemol y el no sostenido", en expresión del dirigente andaluz Felipe Alcaraz. Para los defensores de la ratificación del Tratado, la abstención equivale a un "no sabe, no contesta", incomprensible cuando a la vez IU está solicitando un referéndum.

Los adversarios de la ratificación del Tratado afirmaron que "sus propios autores lo han apuñalado", en expresión del diputado Antonio Romero, y que servirá, para que "el gran capital y sus amigos hagan recaer la crisis económica sobre los trabajadores", según el presidente de CC OO, Marcelino Camacho. Por el contrario, los partidarios del "si crítico ", como Diego López Garrido y Rafael Ribó, advirtieron que una renegociación del tratado iría en detrimento de los planes de cohesión social y de la auténtica unión política. Ambos resaltaron que España corre un grave riesgo: "Que Europa se nos escape por nuestras debilidades" como país.

La resolución aprobada ayer "valora negativamente" los contenidos del Tratado de Maastricht, y pide su renegociación tras criticar su "orientación neoliberal y el mantenimiento del déficit democrático", entre otros aspectos. Asimismo, IU critica "la consagración de las dos velocidades en las economías europeas y el implícito cuestionamiento de las políticas públicas".

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