'Pero creo que triunfaremos'

En el prólogo del libro Horizontes científicos de España, entre otras cuestiones, el doctor Domingo García-Sabell escribe: "O lo que es lo mismo: por mucho que sutilicemos el análisis de lo material -y la sutilización alcanza hoy grados de finura jamás sospechados-, y por mucho que reduzcamos todo a pura fómula matemática y a concepto casi inefable, el ser -máximo enigma para el hombre- se escapa, huye, se volatíliza".Posteriormente, expone sobre Jean Servier: "Jean Servier recientemente postulaba para el hombre la necesidad de cultivar una especie de fina y sensible intuición extrarracional que nos permita sentir, que nos permita convivir con la extrañeza del mundo material".

El señor Emilio Cassinello aporta también una posible respuesta a tan compleja cuestión en un artículo que con el título Pero creo que triunfaremos expone algunos datos biográficos de la Exposición Universal de Sevilla: "Las exposiciones universales responden a la pulsión de una época superlativa -caracterizada por la universalidad y la aceleración histórica- que necesita levantar catedrales donde oficiar la misa mayor del progreso, como ha dicho Regis Debray. Son acontecimientos proteicos impulsados por una ambición racionalista que necesita de una imaginación hiperbólica desbordada, para reducir al orden el caos moderno, para escenificar los parámetros de una civilización en flujo, para proponer los perfiles y la radiografía, de una época confusa y desmemoriada, sumida en el vértigo del presente...".

Nuestra fe incondicional, pues, en el envolvente jasperiano de san Emilio Cassinello, cuya exacerbada sutileza mística transpira el desenfreno teológico de un santurrón moderno convertido en paladín universal de la razón de Estado.-