Aznar y Redondo tratan de acercar sus posiciones sobre la ley de huelga

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, y el presidente nacional del Partido Popular, José María Aznar, se declararon ayer dispuestos a hacer un esfuerzo para intentar aproximar sus posiciones en relación con el proyecto de ley de huelga, que en caso de dar resultado podrían materializarse en algún acuerdo concreto para que las enmiendas presentadas por el PP en el Parlamento contasen con el respaldo de UGT. Redondo y Aznar se reunieron por espacio de tres horas al frente de sendas delegaciones de las respectivas ejecutivas de sus organizaciones.

El líder de UGT admitió la posibilidad de sacrificios salariales en 1993 para determinados sectores aunque precisó que "deben ser en casos muy aislados", cuando esté en peligro el empleo.Redondo calificó la reunión de "franca, positiva y grata" y Aznar de "constructiva, positiva y distendida". La de ayer fue la tercera ocasión en los dos últimos años en que los máximos dirigentes del PP y UGT se reúnen para intercambiar puntos de vista sobre problemas políticos concretos.

El líder ugetista afirmó con toda rotundidad que el plan de convergencia del Gobierno "está enterrado, y sólo le falta el epitafio". El secretario general de UGT advirtió al Gobierno que si quiere contar con el apoyo del sindicato socialista debe reconsiderar su política económica. Por primera vez en los últimos cinco años una delegación de UGT, encabezada por Redondo, acudirá el próximo día 30 a la sede del PSOE para intercambiar puntos de vista con representantes de la ejecutiva federal socialista sobre el proyecto de ley de huelga.

Redondo matizó que UGT dejará libertad de negociación a sus federaciones para fijar los incrementos salariales en el próximo convenio, y se preguntó por qué ningún representante del Gobierno, explica de quién es la responsabilidad de que en 1993 vaya a haber 500.000 parados más, cuando el año pasado se decía que en 1992 se crearían 1.300.000 empleos.