La peseta se aprecia por primera vez desde su devaluación
La moneda española, que anteayer había marcado un cambio medio de 71,109 pesetas por marco, subió espectacularmente a primera hora de la mañana y llegó a cotizar a 67,40 a consecuencia de las limitaciones impuestas por el banco emisor, para impedir la especulación.
Más tarde fijó un cambio medio de 68,02, apreciada un 0,5% con respecto a su nuevo cambio central con el marco (68,42), por primer vez desde su devaluación hace una semana.
Pero esta fortaleza de la peseta no parece muy consolidada en el mercado. Los inversores que quisieron ayer deshacer sus posiciones en pesetas contra otras monedas por necesidades de cobertura de cambio o porque les vencía el plazo en sus activos en pesetas incurrieron en unos costes insólitamente alto. Si normalmente los bancos que intermedian cobran el diferencial entre los tipos de la peseta en el euromercado, al 14%, y los de la divisa que se quiera comprar, en el caso del marco sería del 8,5%, ayer las entidades financieras situaron los tipos de la peseta entre el 35% y el 100%.
A estos precios, los bancos no hicieron más que las operaciones imprescindibles evitando así la venta de pesetas y la adopción de posiciones en divisas a largo plazo, penalizadas desde ayer por el Banco de España.
Pillados por sorpresa
Las medidas del Banco de España pillaron por sorpresa a muchas empresas que anticipando una devaluación de la moneda española hasta anteayer, habían tomado posiciones en otras divisas y habían vendido sus pesetas (quedándose cortos en pesetas). Fuentes del mercado señalaron que muchas empresas constructoras y algunas eléctricas se encontraban en esta posición.
El mercado secundario de deuda pública fue el más penalizado por la medida, al alcanzar los precios de los bonos unos niveles históricamente bajos, más allá de lo que cayeron tras el no danés a Maastricht. "Los inversores que estaban cortos en pesetas, tenían que encontrarlas de alguna manera y han liquidado sus bonos", selañaba ayer un operador de renta fija de Bankers Trust. A última hora de la tarde, algunos activos ya no tenían ni precio.
