_
_
_
_
_

El primer ministro de Rusia desafía al Parlamento y se niega a dimitir

El primer ministro de Rusia en funciones, el reformista Yegor Gaidar, pianteó ayer de manera desafiante ante el Parlamento, mayoritariamente conservador, la necesidad de volver a una rígida política monetaria para "evitar el colapso del sistema" económico. Entre tanto, el rubio sufría una nueva caída del 15% que, sumada a anteriores descensos, eleva la devaluación frente al dólar al 30% en menos de un mes. Tras su intervención, ya ante la prensa, Gaidar siguió desafiando a la oposición, cada vez más decidida a provocar su caída. "No estoy dispuesto a dimitir", dijo rotundamente. Los conservadores buscan su cese y el del presidente ruso, Borís Yeltsin, que a su vez pretende aumentar su poder.

Gaidar apoyó su reclamación de endurecimiento de la política monetaria y crediticia en cifras elocuentes: mientras que con la rigidez impuesta a principios de año se había conseguido que en los seis primeros meses de 1992 el déficit presupuestario fuera de poco más de 100.000 millones de rublos (unos 45.000 millones de pesetas), su relajación durante el verano, debido a las presiones conservadoras, había disparado el déficit a 800.000 millones para finales de agosto. "Nuestras posibilidades de maniobra se han agotado y tendremos que endurecer nuestra política crediticia y monetaria", subrayó. Al mismo tiempo anunció recortes en el gasto público.La relajación citada por Gaidar ha tenido como manifestación más destacada un sustancial incremento en la concesión de créditos del Banco Central de Rusia a las empresas para impedir el colapso industrial. Esta nueva política ha coincidido con el nombramiento por el Parlamento, en julio pasado, de Víktor Gueráschenko -antiguo director del Banco Central de la URSS- como responsable máximo del banco emisor ruso. El cese de Geráschenko, cuyo continuidad depende del Parlamento, es hoy uno de los principales objetivos de los reformistas, que ayer trataron infructuosamente de debatir su actuación.

Caída de la producción

El aumento de los créditos, sin embargo, no ha sido suficiente para impedir que la producción industrial siguiera cayendo durante el verano. Al contrario, en los meses de julio y agosto ha alcanzado niveles catastróficos. Según las cifras aportadas por Gaidar en su informe a la Cámara, la caída se mantuvo en niveles del 13%15% durante los seis primeros meses del año, pero cayó al 21,5% en julio y se hundió el 27% en agosto, lo que hace prever que en el conjunto del año la producción descienda el 20% con relación a 1991.El hundimiento de la producción fue el principal argumento utilizado por los directivos de empresas -una parte fundamental de la nomenklatura ex comunista- para forzar hace tres meses la ralentización de la reforma económica.

La intervención de Gaidar se produjo en la primera sesión parlamentaria del nuevo curso político, que se presenta especialmente conflictivo, ante evidente agravación de la crisis económica. El pleno comenzó con casi una hora de retraso, en parte por las dificultades que tuvieron los diputados para entrar en el edificio a causa de la concentración ante las puertas de varios grupos de manifestantes, la mayoría contrarios al Gobierno. Aunque el Parlamento está formado por sólo 252 diputados, la asistencia alcanzó ayer casi el millar al acudir muchos miembros del Congreso (macroparlamento).

Gaidar sólo mostró cierto optimismo al hablar del proceso de privatización de la economía y al señalar que la cosecha de cereales de este año se presenta mejor que la de 1991. Ya en el turno de preguntas, cuando un diputado le pidió explicaciones por la caída de la moneda rusa, que ayer cotizó a 241 rublos por dólar, el primer ministro en funciones volvió a insistir en las necesidad de endurecimiento y apuntó directamente contra Gueráschenko. "En el debilitamiento de nuestra política monetaria hemos ido mucho más allá de los límites admisibles", subrayó.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

En los pasillos del Parlamento podía ayer palparse el malestar que ha causado a los diputados rusos el hecho, de que la minoría rusohablante que vive en Estonia no pudiera participar en las elecciones que se celebraron el domingo. El Gobierno, ruso ya estudió el lunes la adopción de sanciones económicas contra la república báltica, que se pondrán en vigor de inmediato. "Rusia considera los intereses de los ciudadanos rusos en Estonia como sus propios intereses y los defenderá de todas las formas posibles", aseguró un portavoz gubernamental.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_