Unas relaciones alteradas constantemente

Las relaciones entre el presidente de Cantabria y el PP, partido al que se afilió el 27 de, septiembre de 1991, se han visto alteradas en numerosas ocasiones por las declaraciones de Juan Hormaechea, que no ha dudado en descalificar a los líderes populares cada vez que lo creía oportuno, llegando incluso a insultarles en público.Dos personalidades del PP han sido blanco preferente de su ferocidad verbal: el líder histórico y fundador del partido, Manuel Fraga, y la diputada del PP por su comunidad autónoma Isabel Tocino. La primera manifestación pública de su antipatía la realizó Juan Hormaechea el 1 de noviembre de 1990, cuando tras haber tomado unas copas en un bar de Santander y haber entonado Montañas Nevadas habló mal de los progenitores de Manuel Fraga, calificó al secretario general del PP, José María Aznar, de "charlotín" y se burló de su fidelidad matrimonial e hizo comentarios despectivos sobre el atractivo sexual de Isabel Tocino.

A pesar del revuelo y el maestar que esos comentarios crearon en el seno del partido, el presidente cántabro no pudo contener ataques posteriores. Trece días después volvió a la carga: "El Partido Popular", dijo entonces, "es un partido regionalista al servicio de los intereses del señor Fraga, y no es otra cosa. Y el personalismo del señor Fraga en favor de los exclusivos intereses de Galicia no es el que conviene a Cantabria". También entonces reiteró su hostilidad hacia Tocino: "Ha venido a Cantabria para visitar la cárcel y poder retratarse con los desgraciados que en ella purgan sus delitos". Un año después, en el funeral por unas víctimas de ETA, se negó a darle la mano.

La gota que colmó el vaso se produjo a mediados del pasado julio, cuando el comité ejecutivo regional del PP le "reprobó" sus alusiones a la existencia de "delincuentes" en las filas populares.

La comisión de disciplina del PP no ha llegado a actuar nunca contra su díscolo socio de Cantabria.