Leal cree que la devaluación es la solución más razonable
El sector exportador acogió ayer favorablemente la devaluación de la peseta, mientras la confederación de empresarios CEOE afirmó que se hacen necesarias medidas complementarlas. El presidente de la patronal bancaria AEB, José Luis Leal, cree que entre las distintas posibilidades que tenían las autoridades monetarias europeas parece "la más razonable" la devaluación de la peseta.
Leal argumenta que "querer mantener el valor anterior [de la peseta] en contra de las fuerzas del mercado, mediante una sangría de las reservas o una escalada de tipos de interés internos, hubiera sido muy costoso y de dudosa eficacia". Leal prevé que la depreciación supondrá una presión sobre la inflación y un encarecimiento de las importaciones, aunque, con una administración adecuada, contribuirá a reducir las importaciones en beneficio de la producción interior.
Banesto analiza las consecuencias con más pesimismo y augura una subida de tipos de interés en España, que aumentará los gastos financieros de las empresas endeudadas y, por tanto, una caída de la inversión privada, coincidencia negativa en el empleo, y una disminución de la inversión extranjera debido a las incertidumbres del tipo de cambio.
Para la CEOE, la devaluación es "el reconocimiento del deterioro de nuestra situación económica y de la pérdida de confianza hacia España de los inversores internacionales, que están abandonando nuestra moneda a pesar de los altos tipos de interés". Según la CEOE, la mala situación económica es consecuencia de "la expansión poco responsable del gasto y del déficit público".
Sector exportador
El sector exportador, que venía pidiendo la devaluación desde hace meses, considera que la medida es favorable porque contribuirá a mejorar la competitividad en el exterior. "Es una buena noticia que nos permitirá ganar competitividad", dijo Juan Antonio Díaz Alvarez, presidente de Seat, primera empresa exportadora española.
En cuanto a las causas de la crisis del SME, Miguel Boyer, ex ministro de Economía y responsable de la devaluación de la peseta en 1982, considera que son "la incertidumbre ante el referéndum francés, la magnitud de los desequilibrios en algunos países y las filtraciones por el banco central alemán de su criterio en favor de paridades, que han atizado la especulación". En su criterio, los países que no apliquen las políticas macroeconómicas rigurosas que vienen adoptando Alemania y Francia no podrán adherirse a la futura unión económica y monetaria.
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