Los serbios de Bosnia deciden integrarse en la nueva Yugoslavia
El Parlamento de la autoproclamada República Serbia de Bosnia, que controla las dos terceras partes del territorio de Bosnia-Herzegovina, anuló ayer la soberanía e independencia de su república para pasar a integrarse en la nueva Yugoslavia, que componen Serbia y Montenegro, según informa la agencia oficial serbia, Tanjug. La también autoproclamada República Serbia de Krajina, en territorio de Croacia, pretende adoptar medidas similares.
La declaración de los serbios de Bosnia, reunidos en la ciudad de Bijeljina, y su posible emulación por parte de los serbios de la Krajina croata no haría sino dar cuerpo a la existencia de la Gran Serbia, que defiende desde Bel grado el presidente Slobodan Milosevic. Moincilo Krajisnik, presidente del Parlamento serbio de Bosnia, constituido el pasado 6 de abril, declaró que "no abandonaremos Yugoslavia por nuestra propia voluntad".El Parlamento serbio de Bosnia presentó una declaración en la que se asegura que "pese a las negociaciones de Ginebra, el pueblo serbio no. desistirá de establecer por medios militares las fronteras de su república". Pero invita a las partes enfrentadas en Bosnia a que acepten un alto el fuego que debería entrar en vigor hoy, víspera de la reanudación de las conversaciones de paz en Ginebra.
Mientras su país se amplia nominalmente, el primer ministro serbio, Milan Panic, regresó ayer a Belgrado procedente de Rusia y China, y aseguró que ha obtenido apoyo de ambos países, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, para que la nueva Yugoslavia sea aceptada como miembro de pleno derecho en las Naciones Unidas. Panic-espera conseguir el apoyo de Francia, el Reino Unido y Estados Unidos para poder presentar una nueva propuesta de admisión en Naciones Unidas.
Zona de exclusión
El secretario de Estado norteamericano, Richard Cheney, mantuvo ayer en París varias reuniones con altos funcionarios políticos y militares franceses para discutir el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Bosnia-Herzegovina en la que no puedan volar aviones de combate serbios. Esta cuestión puede ser objeto en los próximos días de una nueva resolución del Consejo de Seguridad, tras la aprobación del envío de un nuevo contingente de cascos azules.
Cheney advirtió que Estados Unidos y sus aliados deben trazar una línea divisoria entre la protección de los vuelos y convoyes humanitarios de la ONU y una implicación directa en la sangrienta guerra de Bosnia.
Cheney, quien se entrevistó con el almirante Jacques Lanxade, jefe de las Fuerzas Armadas francesas; Pierre Bérégovoy, primer ministro, y Pierre Joxe, ministro de Defensa, subrayó que las Naciones Unidas deberán tomar una decisión final sobre la zona de exclusión, pero que los aliados tendrán que ponerse de acuerdo para que sea respetada. El secretario de Defensa viaja hoy a Londres, donde será recibido por el primer ministro británico, John Major. Francia propuso inicialmente la creación de una zona de exclusión en Bosnia, pero la idea tuvo una fría aceptación en Washington y Londres. Desde entonces la presión ha ido en aumento, sobre todo después del asesinato de dos cascos azules franceses y del derribo de un avión italiano que transportaba ayuda humanitaria.
Precisamente ayer, la investigación oficial hecha pública por la oficina del alto comisario de la ONU para los refugiados en Ginebra confirmó las sospechas de que el avión que se estrelló el pasado 3 de septiembre a pocos kilómetros de Sarajevo fue derribado "al menos por un misil" Pero el informe no despeja la gran incógnita de cuál de los bandos contendientes disparó el misil.
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