Las fuerzas del Pacto de Ajuria Enea zanjan su división en una reunión marcada por el último atentado de ETA

Los partidos del Pacto de Ajuria Enea, reunidos horas después del último atentado etarra, superaron ayer las discrepancias acumuladas en los últimos meses. Así, suscribieron un acuerdo de equilibrio en el que se señala que cualquier acercamiento a HB en las actuales circunstancias es "contraproducente". Como prueba de la recuperación de la confianza entre los partidos, el PP anunció que no presentará hoy en el Congreso una moción en la que fijaba las condiciones para cualquier contacto con HB. El documento suscrito hilvana las posiciones de los cinco partidos (PNV, PSE-PSOE, Euskadiko Eskerra, PP y Unidad Alavesa). Pero el éxito de la cumbre descansa en las explicaciones y las autocríticas vertidas durante siete horas de discusiones.

El anuncio de la moción del PP, que, a juicio del PNV, eliminaba cualquier margen de maniobra para enfrentarse a la violencia, condicionó los debates de la jornada y cuestionó el éxito de la reunión hasta el último momento.Para que no hubiera dudas de su voluntad de reestablecer el consenso, en una día en el que ETA volvió a asesinar, los dirigentes de los partidos vascos posaron juntos ante los medios de comunicación, en torno al lehendakari, José Antonio Ardanza, repitiendo la imagen acuñada en momentos más felices del Pacto. Tal y como reconocieron implícita o explícitamente los propios líderes vascos al término de la reunión, la tarea primordial reside ahora en recuperar la credibilidad perdida ante los ciudadanos a lo largo de los últimos meses.

La autocrítica, contenida de una manera genérica en el texto suscrito ayer, permitió aplacar los agravios acumulados por los partidos de la oposición y constituye, probablemente, la principal garantía de que, como indicó el presidente del PP del País Vasco, Jaime Mayor Oreja, "lo sucedido no va a volver a repetirse".

Abandono de la violencia

El texto final concilia, formalmente, las posiciones del PNV y el PP al señalar, por un lado, que las frustradas conversaciones del primero de estos partidos con HB "han servido para reafirmarnos en un diagnóstico común de la actual situación en la que se encuentra el llamado MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco)" y por otro, ratificar la decisión de no propiciar soluciones dialogadas "mientras los violentos no manifiesten, inequívocamente, su voluntad de abandonarla violencia".

El PNV consiguió, tras un prolongado tira y afloja con el PP, que el texto no cerrara la posibilidad de entablar un diálogo con HB, si bien el mismo Xabier Arzalluz señaló que su partido no tiene intención alguna de dar pasos en ese sentido y precisó que, en el caso de que se dieran las condiciones necesarias, su partido consultaría con el resto de las formaciones, aunque sin sentirse necesariamente obligado a acatar la decisión de la Mesa.

En líneas generales, puede decirse que el documento de ayer ratifica en todos sus puntos el acuerdo de noviembre último. Su virtualidad reside en la renovada voluntad mostrada por los partidos firmantes y, como apuntaron algunos de los dirigentes, en la experiencia cosechada durante el frustrado proceso de aproximación a HB. Así, en el texto se indica que los atentados de ETA y los comunicados y declaraciones del MLNV "son la demostración más clara de su nula voluntad para alcanzar un final dialogado que no sea la imposición de su negociación política". "Constatamos", se añade, "que el llamado MLNV se encuentra dominado por una dirección inmovilista que, manipulando sentimientos y revindicaciones nacionalistas, ha hecho de la deslegitimación del sistema democrático su único objetivo, y de la llamada 'lucha armada' y de la 'negociación política' sus principales instrumentos",

Situación de debilidad

Los partidos reiteraron el propósito de que "sólo un consenso entre las fuerzas firmantes representadas en esta Mesa podría avalar en las instituciones la legitimidad democrática de los eventuales acuerdos que pudieran alcanzarse" con HB. De igual manera, expresaron su rechazo "más absoluto" a la negociación política que pretenden ETA y HB, y subrayaron su convicción de que el llamado MNLV se encuentra en "una innegable situación de disidencia y crítica internas, de vacilaciones y dudas, de clara tendencia a la descomposición y de extrema debilidad, tanto en la organización terrorista como en su entorno".

Mientras, el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, hizo mención en Barcelona al atentado de San Sebastián y dijo: "Esta nueva muerte cruel me reafirma en que estamos en el buen camino". Serra aclaró que el "buen camino" es una triple línea de actuación: el Pacto de Ajuria Enea, la actuación policial y la colaboración de otros países, especialmente de Francia.