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El Bundesbank, impopular por efectivo

Los rumores sobre el SME rompen la tradicional claridad del banco alemán

En el mundo financiero se asegura que la mejor prueba de que un banco central es efectivo, es que sea impopular. William McChesney, que fuera presidente de la Reserva Federal norteamericana, dijo una vez que su labor era la de "llevarse el ponche cuando la fiesta empieza a arrancar". El Bundesbank, el banco central alemán, sería el paradigma. Otras de sus cualidades deberían ser la claridad y discreción, así como la opacidad de sus discusiones internas, y esto parece fallar. Las declaraciones de algunos de los miembros de su Consejo o las filtraciones en favor de un reajuste del Sistema Monetario Europeo (SME), desmentidas por Francfort, son el mejor ejemplo.

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Sus últimas decisiones; las. sucesivas subidas de los tipos de interés, justo cuando Alemania entraba de lleno en una recesión, han supuesto que las críticas le llueven ahora de todas partes, incluso desde el -hasta ahora discreto- Gobierno conservador de Bonn. Y sucede, paradójicamente, cuando acabada la era del socialdemócrata Karl Otto Pöhl, hay un simpatizante democristiano, Helmut Schlesinger, en lo más alto de su cúpula que va a ser sucedido por otro, Hans Tietmeyer, que incluso tiene carné de la CDU.El actual consejo ejecutivo del Bundesbank tiene 18 miembros. Pero hasta el pasado mes de julio estaba teóricamente formado por 21: los 11 presidentes de los Landesbank -los bancos centrales de cada uno de los lander (Estados federados) occidentales- más el presidente, el vicepresidente y ocho directores. Los cinco nuevos lander de la ex RDA no tienen representación.

El Parlamento alemán, sacó adelante antes del verano una ley que reestructura la cúpula del banco central y reduce a nueve el número de Landesbank, forzando así la fusión de algunos, y la posible asunción por parte de Berlín de la representación de los cinco lander de la ex RDA. Asimismo reduce el número de directores a seis.

La reforma aún no ha sido llevada a cabo, pero en el interín, por retiro o defunción, el número de presidentes de Landesbank ha quedado reducido a nueve y el de directores a siete, con lo que la actual composición del Consejo solo tiene un miembro más de lo que impone la nueva ley. El miembro sobrante es nada menos que el actual presidente, Helmut Schlesinget, a quien, tras la salida de Pöhl, se le. encomendó tan solo rellenar los dos años de mandato que le quedaban por cumplir al primero, Su sucesor, Hans Tietmeyer, heredará el año que viene el puesto.

Esta interinidad explica bastante bien como, tras una época en la que la institución estaba totalmente controlada por el. exhuberante y respetado Pöhl, y donde la unanimidad -por lo menos de cara al exterior- era norma, se haya abierto un periodo de confusión y contradicciones que dan la impresión de que en el seno del Bundesbank hay un constante enfrentamiento y una, tendencia a lavar la ropa sucia en público.

Varias opiniones

A esto hay que añadirle la revuelta de los presidentes de los Landesbank, que, rodeados ahora de sus propios asesores y mucho más seguros de sí mismos, se atreven a manifestar en público sus opiniones, que no tienen porqué coincidir con las que finalmente dicta el Consejo como tal y que, en algunas ocasiones, esconden simples trifulcas políticas. De hecho, siempre ha sido así, ya que los votos de cada uno de sus miembros valen lo mismo a la hora de tomar decisiones, pero antes nunca las disensiones se hicieron públicas.

La última y más espectacular de estas indiscreciones concierne al supuesto reajuste del SME. El pasado 26 de agosto, Reimut Jochinsen, presidente del Landesbank de Renania del Norte-Westfalia, debía pronunciar un discurso ante la Bolsa alemana. La agencia Reuter, accedió al texto antes de que lo leyera, y extrajo la siguiente frase: "Las posibilidades parcialmente presentes para un realineamiento del SME han sido suprimidas, durante años, por razones de prestigio". Horas después, desde Francfort, el propio Bundesbak se. encargaba de precisar que estos comentarios "no estaban contenidos en la versión final del discurso".

El miércoles se producía un nuevo episodio en torno al SME. Una noticia publicada desde Francfot por la agencia económica AFX, filial de AFP, aseguraba que "fuentes del Bundesbank [sin especificar] consideraban necesario un realineamiento del SME" y que la lira, la libra y la peseta, eran "candidatas a la devaluación". Esto sucedía a las 16 horas. A las 17,30, el Bundesbank aseguraba que no se contemplaba ningún realineamiento. Los mercados, que habían reaccionado a la noticia anterior, se estabilizaban Ambos episodios indican hasta qué punto los mercados monetarios han perdido la serenidad.

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