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Una fractura de cráneo causa la muerte a una motorista que viajaba sin casco

María del Mar Chao Palacios, de 22 años, es la cuarta víctima de los accidentes de moto ocurridos en Madrid entre el viernes y el sábado. Chao falleció en la madrugada de ayer en el hospital Clínico por una fractura de cráneo, según el parte médico. Sus amigos confirmaron ayer que tanto ella como el conductor de la moto en la que viajaban, que murió en el acto, no se habían puesto el casco.

Francisco Garrido Calahorra, de 23 años, y María del Mar Chao Palacios viajaban en una moto de gran cilindrada la madrugada del sábado cuando, por causas aún desconocidas, el vehículo se empotró contra un árbol en la calle de Gregorio del Amo. El conductor murió en el acto mientras que su acompañante fue trasladada con heridas muy graves al hospital Clínico, donde falleció la pasada madrugada. El jefe de guardia del centro sanitario declaró ayer que Chao murió a causa de una fractura de cráneo.Un amigo de la víctima relató ayer que aquella noche los fallecidos habían salido al teatro y a cenar en compañía de otros conocidos que en el momento del siniestro les seguían a poca distancia en dos coches. "Ninguno llevaba el casco puesto cuando tuvieron el accidente", comentó el amigo. "Él se dio un golpe en la cabeza, aunque no parece que fue contra un árbol sino contra una señal de tráfico. Murió en el acto. Ella ingresó en el hospital en coma", comentó.

La muerte de esta chica constituye el cuarto fallecimiento de motoristas en accidente en Madrid en 48 horas, cuando han transcurrido tan sólo seis días desde que entrase en vigor la obligatoriedad de conducir motocicletas con el casco puesto por la ciudad.

Muerte con 'quitamultas'

El viernes por la mañana, un mensajero de 25 años, José Manuel Herraiz, fue atropellado por un gran camión en una calle del centro de Madrid. El joven llevaba puesto un casco quitamultas, como se conoce a la endeble protección plástica en forma de medio huevo y que no cubre la nuca. Se puede usar para los ciclomotores pero no para montarse encima de una moto de 250 centímetros cúbicos, como la de José Manuel. Un policía relataba que el mensajero se había tragado literalmente el manillar. Quizá un casco integral le hubiera protegido. Ayer, la familia del joven desconocía las causas concretas de su muerte que fueron determinadas el sábado por la autopsia.La segunda víctima se estrelló contra una valla en la ronda de circunvalación de la M-40, a media tarde del viernes. Francisco Zayas Alonso salió disparado de la calzada a la altura de la autovía de Andalucía. La policía no precisó si el fallecido llevaba puesto un casco o no. El tercer muerto fue Francisco Garrido, el compañero de la chica que falleció en el hospital Clínico ayer.

Solamente tres meses sobrepasaron o igualaron, en 1991, esta tasa sangrienta en las calles de Madrid, que se ha alcanzado en septiembre de 1992 en tan sólo cuatro días. Junio de 1991 registró siete víctimas mortales en accidentes de moto. Noviembre se cobró cinco muertes, y julio, cuatro. La avalancha de muertes coincide precisamente con la obligatoriedad de llevar puesto el casco por la ciudad.

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