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EE UU y Londres temen que Moscú siga fabricando armas bacteriológicas

Washington y Londres temen que el Gobierno ruso no haya cumplido la promesa que hizo hace seis meses de cancelar el amplio programa de fabricación de armas bacteriológicas, según manifiestan fuentes de la Administración norteamericana. Los funcionarios estadounidenses hacen notar que, por razones no explicadas, Rusia sigue sin atender las solicitudes presentadas por Estados Unidos y el Reino Unido para comprobar que el programa ha sido efectivamente paralizado y para saber el alcance de las investigaciones.

El silencio puede tener que ver con la delicada relación que aún existe entre el presidente ruso, Borís Yeltsin, y los jefes militares. Estados Unidos sospecha, además, que el secretísimo programa bacteriológico no está totalmente controlado por Yeltsin y que algunos elementos importantes han sido ocultados por el Ejército para mantener intactas partes del programa.

Los norteamericanos señalan que una de las principales omisiones de los rusos ha sido el no informar adecuadamente sobre el ilícito uso militar del complejo médico y farmacéutico de Biopreparat, presentado como un elemento estrictamente civil, pero donde se llevaban a cabo investigaciones sobre gérmenes para uso en caso de guerra.

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