Cuatro cantones mixtos para salvar Bosnia
Las fuerzas leales a la presidencia de Bosnia-Herzegovina, partidarias de la integridad territorial de la república, han iniciado una ofensiva política para impedir que la cantonalización que la comunidad internacional quiere imponer a este joven Estado se lleve a cabo siguiendo criterios étnicos y se convierta así en una vía hacia la división de la república entre sus dos vecinos, Serbia y Croacia.El resultado más inmediato de la Conferencia de Londres ha sido que todos los contendientes han vuelto a sus capitales con la certeza de que la comunidad internacional está decidida a imponer la cantonalización de Bosnia-Herzegovina. Los mediadores internacionales parecen considerarla ya como la única fórmula capaz de apaciguar a las fuerzas serbias e impedir que la guerra continúe, se extienda y multiplique los problemas que produce.
El Gobierno de este Estado miembro de la ONU ha sido Jinalmente convencido de que no puede esperar ni ayuda militar ni la defensa internacional de un Estado multiétnico y centralizado. Por ello, el Gobierno bosnio y las fuerzas croatas leales al Estado de Bosnia-Herzegovina parecen haber logrado un acuerdo para acudir a las conversaciones de Ginebra con un concepto de cantonalización que difiere radicalmente del defendido por las fuerzas serbias, que éstas basan en la homogeneización étnica.
En una reunión celebrada el sábado en la localidad herzegovina de Medgugorje, la dirección del musulmán Partido de Acción Democrática (SDA) y mandos de la Comunidad Democrática Croata (HDZ) de Bosnia-Herzegovina firmaron un acuerdo para la constitución de cuatro cantones, como unidades constitucionales del Estado. La reunión se celebró a espaldas del líder radical croata herzegovino, Mate Boban, partidario de la división étnica que propugnan las fuerzas serbias de Radovan Karadzic.
Los cuatro cantones contarían con predominancia de una etnia, pero con una población mixta. Los cantones sería: Sarajevo-Zeruca, de mayoría musulmana; Tuzla-Doboj, de mayoría musulmana; Mostar-Travnik, de mayoría croata, y Banja Luka-Bihac, de mayoría serbia. Si la comunidad internacional descartara esta propuesta en favor de la cantonalización por criterios étnicos quedaría en evidencia que favorece la aceptación de las conquistas territoriales serbias y, por extensión, la limpieza étnica impuesta por Karadzic.
Esta nueva propuesta supone una garantía de supervivencia del Estado de Bosnia-Herzegovina. El cantón de Tuzla-Doboj quedaría interpuesto entre Serbia y el cantón de mayoría serbia de Banja Luka y rompería así el corredor que garantiza la continuidad territorial desde Serbia hasta la Krajina, imprescindible para la Gran Serbia que, a la postre, es el objetivo de aquellos que propugnan la cantonalización étnica.
Es difícil pensar que, con su fuerza intacta, su control sobre el 70% de Bosnia y convencidos de que la comunidad internacional acatará la cantonalización étnica, los líderes serbios vayan a aceptar este plan. Las posibilidades de que esta idea prospere dependerán de la actitud internacional.
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