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Alarma en el entorno de Bush por el nuevo bajón en las encuestas

Antonio Caño

Alarmados por un nuevo retroceso en las encuestas, los jefes de la campaña republicana tratan de bajar un poco el tono agresivo y ultraconservador de su mensaje electoral para fortalecer en lo posible la imagen de George Bush como un líder prudente y moderado.Los daños causados por el huracán Andrés en Florida y Luisiana, a donde enseguida acudió el presidente para interesarse por las víctimas, y la reanudación del conflicto con Irak han permitido a George Bush cambiar un mensaje, excesivamente centrado en los valores morales, que no le habla dado gran rentabilidad electoral.

Desde que concluyó la pasada semana la convención republicana en Houston, el presidente había dedicado sus discursos de campaña a desacreditar la imagen de su contrincante demócrata, Bill Clinton, poniendo en duda no sólo su capacidad para dirigir la economía, sino su integridad moral, su patriotismo y hasta su fe religiosa.

En varios actos electorales republicanos aparecieron pancartas en las que se decía que Woody Allen, protagonista estos días de un grave escándalo por sus relaciones amorosas con una hija adoptiva de su ex compañera, era el asesor de Clinton en asuntos familiares. El propio Bush llegó a decir que al programa de valores familiares demócrata le faltaba una palabra clave: Dios.

Esta estrategia provocó una fuerte reacción contraria de la mayor parte de la prensa influyente -el diario The New York Times publicó en un editorial que Bush ' había cruzado en su .campaña el límite de lo que se le puede permitir a un cándidato-, sin ganar a cambio un gran rendimiento en las encuestas.

Sondeos

Un sondeo publicado el'miércoles por ese mismo periódico mostraba que Bill Clinton había recuperado una ventaja de 15 puntos sobre su rival republicano. Otra encuesta publicada ayer por The Washington Post dio al candidato demócrata 10 puntos más que a George Bush, que había llegado a colocarse a sólo cuatro después de la convención de su partido.Los estrategas republicanos anuncian que Bush se desmarcará en los próximos días de la polémica sobre los valores familiares y abandonará las críticas sobre la esposa de su rival, Hillary Clinton, para centrarse en los problemas económicos y otros asuntos más cercanos a los votantes.

Su primer gesto positivo en esa dirección fueron sus viajes a Florida y Luisiana, donde trató de mostrarse como un presidente próximo al sufrimiento de los ciudadanos, sin aprovechar la situación para lanzar directamente un mensaje electoral.

Todos estos cambios en la estrategia republicana reflejan una cierta desorientación sobre cómo reducir la ventaja de Clinton. El candidato demócrata, por su parte, sigue dando una imagen sólida y dificilmente vulnerable.

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