Occidente amenaza a los serbios con un juicio por crímenes de guerra

"El mundo no perdonará a quienes impidan que acabe la guerra" aseguró ayer el primer ministro británico, John Major, al inaugurar en Londres la conferencia de paz sobre Yugoslavia. Los objetivos de su ataque eran los dirigentes de Belgrado y de los serbios de Bosnia, a los que advirtió que no se permitirá que la antigua república yugoslava "sea dividida mediante conquista" y amenazó con juzgarles como criminales de guerra.

Si persisten en la política de limpieza étnica y anexión territorial, aseguró Major, los serbios no tendrán "ni ayuda, ni comercio, ni reconocimiento internacional", sino "aislamiento cultural, político y económico". Radovan Karadzic, el líder de los serbios de Bosnia, era el principal acusado de este juicio público a la guerra. Sus combatientes se han apropiado de más del 70% del territorio de la república y han forzado, a base de atrocidades, el éxodo de centenares de miles de musulmanes. Ayer, Karadzic ofreció devolver un 15% de sus conquistas territoriales a cambio de que se acepten los hechos consumados. Poco después abandonó la reunión en señal de protesta porque se le relegaba a la sala de observadores.El ministro español de Defensa, Julián García Vargas, confirmó ayer que entre 300 y 400 legionarios irán a Yugoslavia.

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