Dionisio Pérez de la Iglesia, impresor y soñador de utopías
La madrugada del sábado, camino de los 92 años, murió Dionisio, un viejo anarquista, prudomiano, soñador de utopías y alegre resignado a su inviabilidad. La muerte le trató tan bien como la vida, que le dio un cuerpo inasequible a la enfermedad y una sorprendente energía, que derrochó de forma cabal por las barras de las tabernas y bares de Madrid, jugando al dominó, al mus, y rindiendo abundante culto al dios que le dio el nombre, en el alterne y la tertulia con los amigos que deja por todas partes.De la casta de Bodoni, fue un maestro del arte de imprimir, menestral durante más de 50 años, desde los tiempos de El Sol y La Voz, de platinas y tipómetros. Para él, la felicidad tenía la música de una rotativa, el tacto del papel y el olor y color de la tinta, que es hoy, por él, un poco más negra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.