Hallados en aguas de Tarifa los cadáveres de tres inmigrantes que habían sido echados de una patera
Tres magrebíes murieron ayer abogados a es casos metros de la playa de Tarifa (Cádiz), después de que el patrón de la patera (pequeña embarcación a motor), que los traía desde Tánger (Marruecos), los obligara a tirarse al mar para evitar ser capturado por las fuerzas de seguridad españolas. Los magrebíes, que intentaban entrar ilegalmente en España aprovechando la ausencia de viento de Levante en el estrecho de Gibraltar, formaban parte de una expedición de entre 6 y 10 pateras en las que viajaban, según cálculos de la Guardia Civil y Cruz Roja, más de 100 africanos. De éstos, 62 fueron capturados: 29 etíopes, 24 marroquíes, 4 somalíes, 3 surafricanos y 2 palestinos. Un número similar, aunque no precisado, consiguió escapar.
No sabían nadar. Los bañistas, que a las 11.00 de la mañana de ayer disfrutaban en la playa del río Jara de uno de los escasos días sin viento en Tarifa, se dieron cuenta, desde que los vieron saltar de la patera, de que aquellos tres hombres no sabían nadar.El resto había conseguido, no sin problemas, alcanzar la orilla con sus bolsas negras anudadas al cuello. Allí, unos deshicieron las bolsas, cambiaron sus ropas mojadas por otras secas, y corrieron hacia la carretera. Otros, con menos suerte, fueron capturados por agentes de la policía local y de la Guardia Civil, ayudados por los soldados de guardia de una zona militar cercana.
Y luego estaban ellos, chapoteando desesperadamente a la altura de una isleta de roca, a unos 10 metros de la orilla. Avisaron a Cruz Roja. Llegó una lancha Zodiac semirrígida con un motor de 200 caballos. Los sacaron del agua y estaban muertos.
En esa lancha de rescate estaba Sebastián Hoyos, que presta el Servicio Militar en Cruz Roja: "Fue horrible, llegamos y ya estaban completamente muertos. Los dos mayores, de unos 40 anos, venían vestidos con ropas normales, y el otro, que debería tener unos 20 años, con un chándal y unas zapatillas de deporte. Sólo les quedaban unos 10 metros para llegar a la orilla. Pero en esa zona hay seis metros de profundidad, y ellos no sabían nadar. Eran marroquíes, dos tenían documentación, el otro no".
Sebastián Hoyos consiguió, no obstante, salvar a otro de los inmigrantes: "Un africano que venía muerto de frío, y que nos miraba con unos ojos muy grandes, de susto y supongo yo de agradecimiento".
La Guardia Civil, que había recibido órdenes del Gobierno Civil de Huelva de no ofrecer ni un dato sobre el desembarco, continuó durante todo el día patrullando la zona, si bien ya no fueron avistadas más pateras. Algunos de los africanos que lograron burlar el dispositivo policial en la orilla fueron vistos después andando tranquilamente por la carretera en dirección a Cádiz.
Un guardia civil que participó en la operación contó a este periódico: "Los africanos del interior, los negros, son distintos a los magrebíes. Si les damos el alto, no sólo no intentan huir, sino que se meten en el furgón por su propio pie. Parece que es eso lo que vienen buscando".
'Rescate' en la carretera
De los africanos que consiguieron huir y llegar a la carretera, unos intentaron sin éxito subir a los autobuses de línea, y otros fueron rescatados del arcén por un automovilista, que incluso llegó a organizar alrededor de su vehículo un pequeño debate para saber qué le pasaría si la Guardia Civil lo interceptaba con un inmigrante ¡legal a bordo.Ya a primera hora de la mañana de ayer, los responsables de Tarifa Tráfico, el centro de control del Estrecho perteneciente a la Marina Mercante, habían informado a la Guardia Civil y Cruz Roja de que tenían localizadas unas ocho pateras que navegaban juntas en dirección a la costa española. De ahí que, cuando se produjo el desembarco, varias dotaciones de la Guardia Civil se encontraran en situación de alerta.
A diferencia de las que desembarcan en las costas de Almería, las pateras que llegan a Tarifa procedentes de Tánger son más ligeras, disponen de motores más potentes y transportan a 20 personas de media en lugar de a 40.
Además, las embarcaciones no son abandonadas en la orilla, sino que el patrón, -que en la playa marroquí cobra entre 60 y 100.000 pesetas a cada inmigrante- vuelve a Marruecos. De ahí que, en una estrategia para evitar ser capturado o que la barca quedara varada en la arena, obligé a sus pasajeros a lanzarse al agua a decenas de metros de tierra firme.
En el centro de acogida del puerto de Almería aún permanecen retenidos 66 africanos, capturados en circunstancias similares y a la espera de ser repatriados.
Mejores medios
El responsable de salvamento de Cruz Roja en Tarifa, José María Caballero, ha hecho un llamamiento a la Administración a fin de que mejoren las condiciones de trabajo de su equipo, teniendo en cuenta la "intensa labor que desarrollan en precarias condiciones, tanto humanas como técnicas", informa Francisco José Román. La Cruz Roja de Tarifa cuenta con una dotación de 20 personas, todas ellas voluntarias, que "no dan abasto con el trabajo que desarrollan", según Caballero.
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