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González considera que la "delicada" situación económica desaconseja adelantar las elecciones

El presidente del Gobierno, Felipe González, reconoció ayer que España se encuentra en una "delicada" situación económica, con un crecimiento "muy modesto" y un entorno internacional sin perspectivas de mejora inmediata, lo cual desaconseja un adelanto de las elecciones. Tras conversar con el Rey en el palacio de Marivent, afirmó con rotundidad: "Pienso agotar la legislatura". Felipe González volvió a defender al ministro de Economía, Carlos Solchaga, de quien dijo que es "una buena cabeza", y resaltó que, a pesar de todo, la economía española crecerá de nuevo este año más que la de Italia, Francia o el Reino Unido.

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Felipe González indicó que el Gobierno ya había reconocido meses atrás que la situación económica era "delicada" y que aplicó una serie de medidas de reducción del gasto público, por lo que el informe del Banco de España publicado el pasado jueves no requiere una respuesta específica. En dicho informe se señalaba que el crecimiento medio de este año se situará por debajo del 2%, frente al 2,4% alcanzado en 1991.González se cuidó de no alentar esperanzas en un rápido repunte en la economía internacional, ya que no aprecia perspectivas claras de superación de la crisis a corto plazo: "No veo a la economía norteamericana con capacidad para remontar". "Tampoco veo", agregó, "a la economía japonesa con capacidad de hacer de motor, y la economía de Alemania ha entrado en un proceso más riguroso de control tras las alegrías en el gasto que sucedieron a la unificación alemana". No obstante, aseguró que, en lo que dependa de su Gobierno, se cumplirán las condiciones y objetivos trazados en el Plan de Convergencia con Europa.

González fue tajante al afirmar que tiene poca lógica el argumento -utilizado en el PSOE, aunque no lo dijo- de que conviene anticipar las elecciones porque dentro de unos meses la situación económica será peor. Afrontar ahora un proceso electoral exigiría, dijo, mentir a la opinión pública para decir que todo va bien, a lo que él se niega, o reconocer que hacen falta unos presupuestos "muy rigurosos" para 1993, "con lo que estaríamos en el punto de partida", arguyó. Por tanto, que la situación económica sea "deficiente, mala, peor que antes, no justificaría para nada el que hubiese un proceso electoral", insistió.

Menos gastos corrientes

El presidente rehuyó concretar las reducciones que realizará en el gasto público y se limitó a señalar que afectará a los gastos corrientes y las inversiones, mientras que respetarán las pensiones.

Felipe González rechazó responsabilizar al ministro de Economía, Carlos Solchaga, del deterioro de la situación económica. "Yo no soy partidario de hacer de la política una navegación acelerada, de soltar lastre y buscar chivos expiatorios. Carlos Solchaga tiene una buena cabeza. Ha sido el ministro que se ha caracterizado incluso, dentro del Gabinete, como el que en los años de más crecimiento quería reducir el gasto y el déficit público. Ahora que la situación es peor será más fácil poner freno y restringir los gastos".

El líder socialista rehuyó aclarar definitivamente si se presentará a la reelección como presidente del Gobierno, con el argumento de que siempre se ha resistido a "autoproclamarse" candidato y que hacerlo ahora le produciría "cierta repugnancia". El asunto, zanjó, "no es un tema en discusión en este momento".

No obstante, quiso dejar claro que se encuentra "dispuesto a seguir trabajando", y en razonable buena forma".

Aunque expresó su creencia en que "no se puede sacar mucho fruto" de conversaciones con Herri Batasuna, rehuyó juzgar la utilidad del diálogo mantenido por el PNV con esa organización. En cambio sugirió que el último atentado de ETA podría ser la respuesta de algunos integrantes del movimiento terrorista, "que se encuentra enfrentado y dividido en su seno", dijo, para neutralizar ciertos avances en la erradicación de la violencia, e incluso para boicotear una posible incorporación de HB a las instituciones, aunque evitó citar a esta coalición.

González pidió, en cambio, expresamente, a los responsables políticos la máxima discreción, "porque lo que hay que hacer es actuar". "De terrorismo, la mejor declaración es la que no se hace", defendió.

El presidente del Gobierno consideró un éxito "muy, muy redondo", tanto organizativo como deportivo, los Juegos Olímpicos de Barcelona, y atribuyó su ausencia en la clausura al dolor por el fallecimiento del ex ministro de Asuntos Exteriores Francisco Fernández Ordóñez. González replicó con ironía a las pretensiones de Jordi Pujol, presidente de la Generalitat, de crear un comité olímpico catalán: "Los Juegos Olímpicos han ido probablemente demasiado bien".

Respecto al envío de tropas profesionales a Bosnia, explicó que se debe a su especialización. "Porque arriesgar la vida de soldados de remplazo es tan doloroso, pero no más, que arriesgar la de un profesional", precisó.

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