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Argelia supera las reticencias de la epoca de Budiaf en su apoyo al Frente Polisario

Una reunión de personalidades argelinas con el líder del Frente Polisarío, Mohamed Abelaziz, el pasado mayo disipó las dudas sembradas por el entonces presidente, Mohamed Budiaf, hacia el movimiento saharaui. Según confirmaron a este diario fuentes argelinas, la continuidad de este "apoyo firme" expresado un mes antes del asesinato de Budiaf, queda asegurada por la permanencia en el actual Gobierno de algunas de las personalidades que entonces se desmarcaron de la actitud del presidente.

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Un golpe para el 'lobby' promarroquí

El ministro de Defensa, el general Jaled Nezzar, se hallaba entre los altos cargos que convocaron urgentemente al dirigente saharaui Mohamed Abdelaziz a Argel, un mes antes del magnicidio del presidente Mohamed Budiaf, el 29 de junio en Annaba. Según confirmaron a este diario fuentes argelinas, el mensaje que recibió Abdelaziz fue de "total apoyo" a la causa del pueblo saharaui, que, desde hace 17 años, lucha contra Marruecos por la independencia de la ex colonia española del Sáhara Occidental.Con ello se pretendía disipar lo que el Polisario ha calificado como las "confusiones" y "dudas" del presidente Budiaf y su primer ministro, Sid Ahmed Gozali, respecto a su conflicto, y que venían a ensombrecer largos años de apoyo incondicional a los saharauis, que tienen sus campos de refugiados en Tinduf, en el suroeste de Argelia. La subida al poder de Budiaf, tras la interrupción del proceso democrático argelino, fue considerada como una victoria para los integrantes del lobby promarroquí en Argel, dado el conocido poco entusiasmo por la causa saharaui del nuevo jefe de Estado, que pasó 28 años de exilio en Marruecos.

Las propias autoridades argelinas, tras asegurar que unas declaraciones de Budiaf en contra del apoyo al Polisario habían sido fruto de un malentendido de los periodistas, no ocultaban que, "a pesar de la sincera amistad del pueblo argelino hacia el saharaui", la necesidad de superar la crisis económica en la que se encuentra el país y de recuperar el tiempo perdido en las relaciones de cooperación comercial con Marruecos hacían necesaria una "solución rápida" del contencioso saharaui que ensombrecía las relaciones con el vecino. En este sentido, advertía Argelia, era impensable que los saharauis volviesen a defender la necesidad de una solución militar al conflicto.

Nubes antiguas

No eran las primeras nubes entre Argel y el Polisario. Antes de la subida de Budiaf, los argelinos reprochaban a los saharauis el haber negociado en la sede de la ONU, en Nueva York, sin apenas contar con Argelia, país que goza de la condición de observador, junto a Mauritania, en el plan de paz para el Sáhara que debía haber culminado en el mes de febrero con la celebración de un referéndum de autodeterminación.Fuentes argelinas aseguran que la situación sufrió un vuelco en mayo, cuando el dirigente polisario fue convocado a Argel y fue recibido por altos cargos militares y políticos, entre los que se hallaba el general Jaled Nazzar, que disipó las dudas sobre la solidaridad argelina. Dichos informantes no aclararon si este apoyo incluiría una eventual ayuda militar en caso de que se reanuden las hostilidades.

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Ahmed Bujari, componente de la comisión del Polisario que mantiene las negociaciones con la ONU y miembro del Secretariado Nacional saharaui, reiteró ayer que "si Marruecos cumple su plan para celebrar en septiembre elecciones en el Sáhara al margen. del plan de paz, el Polisario no dudará en volver a la guerra".

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