El juez actuará contra el responsable de la piscina en la que murió una niña

Javier de Blas, titular del juzgado de Instrucción de O Barco de Valdeorras (Orense), tomará hoy "medidas de situación personal" por imprudencia temeraria contra Juan Ocampo, de 25 aflos, el empleado que manipuló el cloro de la piscina de la estación de montaña orensana de Cabeza de Manzaneda. Se presume que esta acción causó la muerte por una lesión pulmonar de la niña Mercedes Díez Arnaiz, de 10 años, el pasado viernes. Otros 11 niños permanecen hospitalizados por las emanaciones tóxicas.

Las medidas judiciales previstas van desde la detención del empleado Ocampo hasta su libertad provisional, al actuar el juzgado de oficio. Por otra parte, la dirección de la estación de montafia aseguró ayer que todos los productos utilizados en la piscina están debidamente autorizados", informa Efe.Poco después de las ocho de la tarde del pasado viernes, Juan Ocampo manipuló cierta cantidad de cloro (alrededor de un kilogramo, según los responsables de la estación) y agua en una cubeta junto al vaso de la piscina cubierta del complejo recreativo, donde se encontraba en ese momento un grupo de niños que pasaban las vacaciones en la estación de Cabeza de Manzaneda en una colonia de verano de Telefónica.

Los gases tóxicos que emanaban del cubo y que tienden a bajar por el peso del cloro, afectaron a los 12 niños que se hallaban más cerca del trabajador. La pequeña fallecida estaba tumbada sobre una toalla. Otros se bañaban o paseaban junto al empleado.

Todos comenzaron enseguida a tener picor de ojos, tos, mareos e incluso vómitos. Una monitora de la colonia de verano de Telefónica, a la que pertenecen estos niños, María Dolores Arroyo, de 20 años, acudió al lugar al observar que allí ocurría algo raro. Los pequeños salieron al exterior de la piscina "para tomar aire". Cuando creyeron que se habían repuesto, se vistieron y se dirigieron a sus respectivos alojamientos. Media hora más tarde, sobre las 20.45, el estado de varios de ellos revestía gravedad.

Carlos Cañizares, madrileño, e Irene Labrador, de Vigo, ambos de 10 años, continuaban ayer graves -con cuadro pulmonar agudo- en hospitales de Madrid y La Coruña, respectivamente. Manuel Ocaña, de nueve años, de Vigo y los hermanos palentinos Carmen Isabel y Víctor Sanz Alvillo, de 10 y nueve años respectivamente, tres de los nueve nifios que permanecen en el hospital de O Barco, seguían ayer en estado estacionario, ingresados en la unidad,de reanimación, mientras el resto de los heridos evolucionaba de forma favorable.

Sobre las 23.00 del viernes, y a pesar de la aplicación de oxígeno, la, leonesa Mercedes Díez ingresaba cadáver en el hospital comarcal de O Barco de Valdeorras. La niña fue enterrada en la mañana de ayer en León, en un clima de profundo dolor y serenidad. Su hermano Óscar, de 13 años, también se encontraba en la estación de montaña, aunque no resultó afectado.

Edema pulmonar

El padre de la pequeña, José Luis Díez Roger, interpuso una denuncia el pasado sábado ante el juzgado de O Barco contra los responsables del siniestro, según fuentes del juzgado. La autopsia de la pequeña determinó que la muerte se produjo por edema pulirionar, provocado al inhalar cloro. El juez de O Barco recibió ayer el informe realizado por la Guardia Civil. Hasta el momento, sólo han declarado los monitores de la colonia de Telefónica. Hoy lo harán el empleado que manipuló el cloro y los directivos de la estación de Cabeza de Manzaneda.

Por otra parte, Jesús Sanz, padre de Carmen Isabel y Víctor San Alvillo señaló ayer a EL PAÍS que, según los niños, la "negligente" actuación del empleado de la estación no había sido un hecho aislado, ya que "todos los días sobre la misma hora, un trabajador manipulaba el cloro en presencia de los pequeños".