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Guadarrama

40 vecinos marchan contra un poblado marginal vigilados por 40 agentes

El poblado gitano de Los Llanos, en Guadarrama, permanecía ayer semidesierto. Las mujeres se habían ido a las salidas de la misa de doce de la mañana en las iglesias de los pueblos cercanos para vender a los feligreses ramos de flores y lotería. En el campamento, habitado por unas 28 familias de origen portugués, sólo quedaban algunos hombres y un centenar de niños de entre 4 y 13 años de edad, que habían sido alertados por la Guardia Civil para que no salieran de sus chabolas y evitar así posibles enfrentamientos con los payos que viven o veranean en las urbanizaciones cercanas.A pocos metros de las chabolas, en la carretera que une Alpedrete con Guadarrama, unos 40 vecinos de las urbanizaciones cercanas se manifestaban y cortaban la carretera durante una hora para protestar por el asentamiento de los portugueses en esta finca, que se encuentra a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Alpedrete, pero que está dentro del municipio de Guadarrama y que colinda con el de Collado Mediano. Los concentrados fueron custodiados y vigilados por casi el mismo número de guardias civiles, unos 40, que advirtieron a los concentrados de la ilegalidad de la manifestación.

Las versiones de unos y otros son muy distintas. La falta de agua, de luz, de retretes y de cubos de basura provoca malos olores y supone un foco de infecciones, denuncian los vecinos. Además, los habitantes del poblado son acusados de realizar robos y de vender droga. La policía local aclara que este tipo de hechos se da poco y ni siquiera se tiene constancia de quiénes son los autores de los mismos.

El portavoz de Los Llanos, Adriano Joaquín Abilio, lo niega rotundamente, y asegura que los hombres del poblado se dedican a la construcción, y las mujeres, a la venta ambulante. "Llevamos una vida normal, como ellos", dice, "pero las 200 personas que vivimos en estas chabolas sin luz, sin agua y sin retretes no podemos vivir de otra manera".

Barracones

La mayoría de los habitantes del poblado, que proviene de otro campamento que se desmanteló en El Escorial, llevan unos cuatro años afincados en esta zona y están pendientes de una denuncia presentada en los juzgados por el Ayuntamiento de Guadarrama. Pero la sentencia judicial no llega. "Los alcaldes no quieren ver el problema. El de Alpedrete le echa la pelota al de Guadarrama, y éste al de Collado Mediano", dice un vecino. "La solución", dice el jefe gitano, "sería que nos dieran otros terrenos y que nos instalaran en unos barracones".

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