Un 'capo' escurridizo a las órdenes de la 'mamma'
Las pesquisas del juez Baltasar Garzón sobre esta red mafiosa han tenido como eje central la trama denominada Mufa, que transportaba 10.000 kilos de hachís en aguas de Barbate (Cádiz) el pasado 25 de noviembre, carga interceptada por el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA). Garzón tiró del hilo y detuvo a una veintena de personas vinculadas con la red, pero no alcanzó al financiador último de la organización, que importaba hachís de Marruecos, vía España, con destino a Italia.El pasado abril, otro juez, Carlos Bueren, arremetía contra otra trama de la misma red, tras una investigación de meses en coordinación con unidades anticorrupción de la Guardia Civil. Entre los 18 detenidos figuraban el responsable del puesto de este cuerpo en el Puerto de Santa María (Cádiz), el teniente Andrés Palomino Guerrero, y otros cuatro guardias presuntamente corruptos. El dinero se presumió que procedía de la Mafia, por lo que se amplió la investigación a miembros de esta organización, financiadora real de tales operaciones. De este modo, ambas investigaciones convergieron sobre Emilio di Giovine. Su detención podría ayudar a esclarecer no sólo otras operaciones de droga y financieras de la red, sino otros casos de corrupción de agentes españoles, no sólo pertenecientes a la Guardia Civil, aún bajo investigación.
Emilio di Giovine, según fuentes de la investigación, era uno de los principales proveedores de armas de la Camorra, y se sospecha que en el chalé portugués donde fue detenido podría haber un zulo que contuviera un arsenal. Las fuentes informantes afirman que este mafioso es un elemento de primer orden de la Mafia, y era buscado con especial ahinco por la policía italiana. Su detención supone, además, un cierto aliento moral para las autoridades italianas tras los recientes asesinatos mafiosos de los responsables de la lucha contra esta organización. Este capo escapó años atrás en Milán de prisión, tras ser enviado a un hospital so pretexto de una falsa enfermedad, de donde fue liberado a punta de metralleta por sus sicarios. Su identificación fue posible tras localizarse en Sevilla un documento de identidad con su foto. La mamma, en este caso, era la auténtica jefa del clan, y Emilio, el responsable de las operaciones en el extranjero.
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