Una alcaldía en ruinas
Guadalajara estrena gobierno del PP con 1.500 millones de deuda
Sin Blanca ni blanca, pero el futuro deja de ser negro. El Ayuntamiento de Guadalajara estrena nuevo alcalde, José María Bris, del Partido Popular, que releva a Blanca Calvo, de Izquierda Unida, regidora por un aÑo, un mes y un día. Las peleas internas del PSOE, que aspiraba a recobrar el Ayuntamiento, han traído -el transfugismo de un concejal, Fernando Planelles, que ahora se ha vengado con el apoyo al PP, aunque ha renunciado a cobrar su sueldo. Los ciudadanos critican el "año perdido" por el bloqueo de los partidos a un Ayuntamiento ingobernable y que debe 1.500 millones de pesetas, o sea, un tercio de su presupuesto.
En la capital alcarreña, que cuenta con 64.284 habitantes, se admiten apuestas sobre una futura moción de censura, y eso que ahora la inestabilidad se presenta más estable. El nuevo alcalde, José María Bris, tomó posesión el martes día 21 de julio y se apresta a poner orden en un ayuntamiento paralizado, que vive todavía con los presupuestos de 1990 prorrogados -4.500 millones de pesetas- Para ello, el nuevo equipo de gobierno municipal cuenta con la inestimable ayuda del ex socialista Planelles, único miembro del Grupo Mixto.Es el último episodio de una crisis que se remonta a las elecciones municipales de mayo de 1991, cuando las urnas pusieron los pactos realmente difíciles. De las 25 concejalías, 12 fueron para el Partido Popular, que se quedó con la alcarreña miel en los labios, a 300 votos de la mayoría absoluta. El partido socialista, que venía gobernando desde 1979 con Javier Irízar como alcalde, consiguió 10. Pero Izquierda Unida, con sólo tres ediles, obtuvo la alcaldía de carambola: se negó a apoyar al PSOE, pero obtuvo su voto con la intención de que devolviera el gobierno rápidamente.
"Devuélveme el rosario"
"Cometimos un error. Lo sacrificamos todo con tal de evitar el gobierno de la derecha", explica el portavoz municipal del PSOE, Javier García Breva. "Los socialistas nos votaron porque quisieron y luego se pusieron pesadísimos con el 'devuélvenos la alcaldía'. Parecía el rosario de su madre y yo, alcaldesa por un día. No era serio", afirma la ex regidora Blanca Calvo que ha gobernado únicamente con los dos concejales de su grupo. Con la pérdida de Guadalajara, IU sólo ostenta ahora la alcaldía de una capital de provincia: Córdoba.
La estrategia frente a Izquierda Unida, que se resistía a soltar el gobierno, dividió aún más a los socialistas, alineados en torno a dos cabezas. Irízar -presidente provincial- y otros dos concejales, partidarios de recobrar el poder con rapidez, abandonaron las concejalías. El sector del secretario provincial, José Luis Ros, menos propenso a forzar la dimisión de la alcaldesa, ganó la batalla y, en abril, suscribió un pacto de gobierno con IU. El acuerdo llegó tarde y apenas duró dos meses.
El PSOE, que había dado una salida airosa a los cesantes, no hizo lo mismo con el ex teniente alcalde de Irízar, Fernando Planelles, miembro del consistorio desde 1981 y asalariado teniente de alcalde con Irízar. "Me hicieron una oferta vejatoria para dejar la concejalía: irme de conserje al partido para luego darme la patada", explica el concejal afectado.
Renuncia al sueldo
El 7 de abril, Planelles se hizo tránsfuga, "más por motivos personales, que políticos", para vengarse de Ros. Para restañar la honorabilidad herida por las críticas, Planelles renunció recientemente al sueldo como concejal del Grupo Mixto. Seguirá cobrando el paro por su mandato anterior.
"Voy a dar todas las facilidades al PP para que gobierne Guadalajara sin nada a cambio", afirma el edil ex socialista. "Nunca hemos utilizado a Planelles. Él decidirá en conciencia los temas que debe o no apoyar", tercia el alcalde Bris. En la ciudad se dan opiniones variadas: del pesar por la marcha de Blanca Calvo, al optimismo por la llegada de Bris. También una coincidencia. Como dice una vecina: "Los unos por los otros, la casa lleva un año sin barrer".
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