Ya no puedo más

Me despierto temprano para ir a trabajar pensando en cómo pagar mis impuestos, cómo he de reponer el dinero que gratis y por la cara le he recaudado al Gobierno.Ese IVA trimestral que por lo que nos dicen sirve para equipararnos a cualquier país civilizado, para dotar a nuestra querida tierra de unos servicios eficientes, para hacernos más europeos.

Conduzco mi herramienta de trabajo (que tantas letras y penas me está costando) por mi barrio, Lavapiés. Huele a basura, hay excrementos, muebles viejos, animales muertos y jeringuillas, igual que en Marruecos, sólo que allí por lo menos no hay chutas.

Sigo en mis asuntos, en ese problema telefónico que desde hace dos semanas nos tiene sin teléfono y no hay manera humana de que averías tome cartas en el asunto -hasta la supervisora de dicho departamento me ha tratado a gritos, berreando con esa soberbia tan típica española-, en que nos cortan el agua cada dos por tres por incompetencias del canal, en que todos los días me roban el coche ante la impotencia de la policía... No tengo más remedio que llenarme de odio y de rabia cuando pienso en la Expo, en Madrid, Capital de la Cultura, en las Olimpiadas, en los que están arriba, esos nuevos ricos, los que tienen grandes coches y viven en la carretera de La Coruña, 4ue nos toman el pelo comprando aviones a precios astronómicos para guerras hipotéticas mientras nos dicen que debemos ganar menos. ¿Hemos de aguantar hasta que caigan ante las urnas? Porque yo no puedo más... De verdad-